5 de junio de 2012

El efecto letal de "las amistades peligrosas"




He ahí la causa inequívoca de la profunda carcoma que corroe la vida pública española y que define su singularidad respecto a otros países europeos. Y es que el problema, letal para España, no estriba solo en las gravisimas repercusiones económicas que derivan de la coyunda creada entre el poder político y el poder inmobiliario-financiero, y que económicamente llevan al pais al desastre, sino en la quiebra moral provocada en las pautas de comportamiento público, que lesionan la legitimidad del poder y deterioran la confianza en las instituciones, con efectos que pueden ser demoledores en cuanto a la pérdida de credibilidad de la democracia. 

Cuando ya estábamos casi curados de espanto, la hecatombe de Bankia, emblema del poder financiero fraguado por el Partido Popular y objeto de una pésima gestión, ha servido para poner al descubierto, con rasgos dramáticos e impactos que van a condicionar la economía del país durante mucho tiempo, el grado de contubernio con el desbarajuste que impregna los entresijos del poder, decantado a favor de los intereses espureos frente a los de la ciudadanía, que asiste,  irritada  e impotente, a tan funesto espectáculo. La reflexión de Antón Costas no tiene desperdicio. Con clarividencia  destaca el alcance y la dimensión que en España han tenido las "amistades peligrosas", aunque no es menos cierto, como la experiencia lo indica, que cuando se entablan relaciones de amistad - que, en el fondo, se supeditan al encubrimiento de complicidades inconfesables y pactos consolidados- se sabe muy bien de antemano con quién y quiénes se va a compartir el mantel en esa especie de oficio de tinieblas en torno al cual se concitan 


¿Y, por cierto, alguien podría decir qué cualificación poseen, qué preparación ofrecen, en función de sus respectivas trayectorias, los individuos de la fotografía para gestionar con solvencia y la debida garantía una entidad financiera mínimamente fiable? Echen mano de sus "curricula" y se quedarán estupefactos. ¿Cómo se pudo respaldar una cosa así?


2 comentarios:

  1. Los politicos son todos los mismos perros pero con distintos collares...
    Un abrazo, Fernando

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  2. Para mí... Rato fue uno de los ministros más aceptables del gobierno de Aznar. Su paso por el mundo bancario me ha decepcionado del todo. La fotografía de esa "peña" me indigana. Me pregunto...¿qué "fechoría" estarán celebrando?

    Un abrazo

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