Viajo esta tarde, en compañia de mi mujer, a Madrid con el fin de coger mañana, 2o de Agosto y a primera hora de la tarde, el vuelo de Aerosur que conecta esa ciudad con Santa Cruz de la Sierra para, a continuación, y en otro interior, llegar a La Paz a media tarde (hora boliviana) del miércoles. Durante doce días estaremos en Bolivia, visitando y trabajando en las dos ciudades que en estos momentos identifican las posiciones enfrentadas en la crítica situación política que vive el país y que, según mis noticias, va a manifestarse en una huelga general de los departamentos autonomistas, que cuestionan y rechazan con especial virulencia el proyecto constitucional del actual Presidente de la República. Este viaje forma parte de una serie de desplazamientos a América, que llevaré a cabo hasta fin de año. Cuando concluya Septiembre, y en solitario con mi valija, mi portátil y un par de cámaras fotográficas, me desplazaré a Argentina, Chile y Uruguay, para, a mediados de Noviembre, volver de nuevo a Guatemala y con la intención, tras la actividad llevada a cabo en el país de Miguel Angel Asturias, de visitar El Salvador y Costa Rica.
En todos los lugares, la pretensión es la misma: hablar de lo que sé y escuchar y aprender de lo mucho que ignoro todavía. Y en ese juego de reciprocidad intelectual y personal confieso que siempre llevo las de ganar, pues de cada viaje a América Latina siempre vengo con mayor bagaje de experiencias y sabidurias del que tenía cuando emprendí la singladura. Hay quien me dice, y lamentablemente no son pocos, que su mundo está en Europa y que nada le atrae meterse en otros berenjenales, donde la diferencia y la distancia marcan contrapuntos que a veces resultan incómodos y hasta molestos por poco comprensibles. Allá ellos con sus miras cercenadas por los horizontes que creen controlar y que tampoco acaban percibiendo bien. Por eso, siempre les digo lo mismo: conocer el mundo que nos es distinto no sólo nos enriquece y madura, sino que al tiempo nos hace mejores, nos ayuda a comprender lo que realmente somos y nos advierte de que, por más que nos empeñemos, lo que sucede a nuestro alrededor y, por mor de una distancia cada vez más recortada, en modo alguno nos puede ser indiferente, pues, a la postre, nos acaba afectando aunque no queramos.
Hace años descubrí una canción que nos aproxima a la realidad americana más cercana a nosotros. Por historia, por lengua, por cultura, por sensibilidad. La cantaban los Inti Illimani, un grupo excelente y muy batallador de Chile, aunque el monte Illimani forme parte inconfundible del paisaje que se divisa desde la ciudad boliviana de La Paz. Después oí la grabación de la admirable Mercedes Sosa y también me encantó. Cualquiera de ellos la transmite con la calidad y la pasión necesarias. No sé si conocen esta Canción con todos. Pero, por si acaso, se la brindo muy gustosamente, con la voz de una jovencísima Mercedes Sosa, que todavía mantiene el brío de su juventud. La selecciono también porque está subtitulada en portugués, y ya sabemos lo que significa Brasil en ese mundo tan duro como fascinante.
En todos los lugares, la pretensión es la misma: hablar de lo que sé y escuchar y aprender de lo mucho que ignoro todavía. Y en ese juego de reciprocidad intelectual y personal confieso que siempre llevo las de ganar, pues de cada viaje a América Latina siempre vengo con mayor bagaje de experiencias y sabidurias del que tenía cuando emprendí la singladura. Hay quien me dice, y lamentablemente no son pocos, que su mundo está en Europa y que nada le atrae meterse en otros berenjenales, donde la diferencia y la distancia marcan contrapuntos que a veces resultan incómodos y hasta molestos por poco comprensibles. Allá ellos con sus miras cercenadas por los horizontes que creen controlar y que tampoco acaban percibiendo bien. Por eso, siempre les digo lo mismo: conocer el mundo que nos es distinto no sólo nos enriquece y madura, sino que al tiempo nos hace mejores, nos ayuda a comprender lo que realmente somos y nos advierte de que, por más que nos empeñemos, lo que sucede a nuestro alrededor y, por mor de una distancia cada vez más recortada, en modo alguno nos puede ser indiferente, pues, a la postre, nos acaba afectando aunque no queramos.
Hace años descubrí una canción que nos aproxima a la realidad americana más cercana a nosotros. Por historia, por lengua, por cultura, por sensibilidad. La cantaban los Inti Illimani, un grupo excelente y muy batallador de Chile, aunque el monte Illimani forme parte inconfundible del paisaje que se divisa desde la ciudad boliviana de La Paz. Después oí la grabación de la admirable Mercedes Sosa y también me encantó. Cualquiera de ellos la transmite con la calidad y la pasión necesarias. No sé si conocen esta Canción con todos. Pero, por si acaso, se la brindo muy gustosamente, con la voz de una jovencísima Mercedes Sosa, que todavía mantiene el brío de su juventud. La selecciono también porque está subtitulada en portugués, y ya sabemos lo que significa Brasil en ese mundo tan duro como fascinante.
Conozco la canción de tiempos pretéritos, de cuando escuchaba a tantos cantantes latinoamericanos que clamaban por la justicia, la equidad, la libertad.
ResponderEliminarNo, aquellos países no nos pueden ser desconocidos porque compartimos con ellos una lengua, muchos artistas, muchas músicas, incluso algunos antepasados comunes.
Me parece fantástico tu periplo.
Hola Fernando, primero darte las gracias por todo aquello que haces que aunque destacas humildemente como gran beneficiario, hay que tener el corazón los suficientemente hecho para poder ejercer y proyectar, según que decisiones en la vida.
ResponderEliminarEl otro día vi un reportaje donde se hablaba de la música tradicional, la que realmente se canta en algunos pocos pueblos y queda porque como muchas otras cosas y lamentablemente se van perdiendo. Decían y explicaban que la letra, el sonido, la manera de cantar es muy importante, nos abría puertas a la manera de pensar de entonces a sus miedos, sus necesidades, incluso el señor que dedicó su vida a recopilar y guardar fragmentos y música de muchos pueblos, decía que según como cantaban (si era con las cuerdas vocales o nariz...etc) se podía saber también que tipo de opresión y sumisión sexual había en aquel lugar. Fue un reportaje sorprendente, lleno de cosas nuevas e interesantes que pasan desapercibidas, si no te las explican, la letra, la fuerza de la canción que nos enseñas, habla y nos transmite todo lo necesario para entender. Te deseo a ti y a tu mujer toda la suerte del mundo, un abrazo, didi.
No conocía la canción que recomiendas... hasta ahora. Veo que te viene trabajo encima, aunque si es como le describes y te permite viajar, conocer e intercambiar vivencias, desde ya mismo presento mi envidia sana. Estaremos atentos a tus crónicas.
ResponderEliminar"....siempre les digo lo mismo: conocer el mundo que nos es distinto no sólo nos enriquece y madura, sino que al tiempo nos hace mejores,..."
ResponderEliminarLeyendote , y perdon por el tuteo, me haces decir OLE!!! ojala se alzaran muchos hombrs como tu.
Jose G.Artigas nos deja escrito en sangre " Sean los orientales tan ilustrados como valientes"
Te dire no si somos valientes, ni si somos ilustrados, pero si concientes de nuestro lugar en el mundo y conociendo el globo terráqueo como se debe.
Espero que mi tierra te reciba con los brazos abiertos.
Y veras que no solo en Chile reciben bien " al amigo cuando es forastero"
Buen viaje y hasta que volvamos a verte que estes en la palma de Dios.
Feliz viaje, querido Fernando.
ResponderEliminarUn gran abrazo desde Oxford,
Diego
¡Qué humilde eres por lo tanto qué sabio! Me encanta leerte porque aprendo muchísimo y te estoy muy agradecida. Sí, viajar y conocer otros lugares, otras gentes es vital para tener una mente abierta y comprender mejor la complejidad de este mundo. Buen viaje de nuevo y que disfruteis tu y Mª Antonia. Besotes, M.
ResponderEliminarQue tengáis un feliz viaje. Estaremos aentos a tus crónicas.
ResponderEliminarConocía la canción. Ha sido un placer volvr a oírla y a verla.
Un abrazo.
Que suerte, Fernando, poder visitar esa zona del mundo en elmomento que se están produciendo los grandes cambios políticos y sociales que más allá de su duración como tales, marcarán, sin duda, el futuro próximo de todo el continente.
ResponderEliminarEspero ansioso tus comentarios sobre lo que encontrarás y tu percepción de una realidad a la que la mayoría solo accederemos por los medios de comunicación y sus distorsiones.
Buen viaje y un abrazo cargado de un poquito de envidia (sana, por supuesto).
Fernando me emocionó mucho escuchar a Mercedes Sosa ella es Tucumana como yo,y esa canción es de verdad la que más nos representa,es mi deseo que tengas buen viaje y muy buena estadía en estas tierras,que lindo saber que vendrás a Argentina!!!!!!!Ya sabes Fernando cuan maravilloso es el paisaje en este lado del mundo tenemos de todo,pero muchas veces somos como mendigos en silla de oro,gracias por este post,verás que será esta una experiencia muy enriquecedora para tí,verás la nobleza de todos estos pueblos que visitarás,que sea esta una muy buena experiencia para tí,un abrazo.
ResponderEliminarQue te vaya bonito en un periplo americano. Un abrazo.
ResponderEliminarMi experiencia de viaje en America Latina siempre ha sido maravillosa, te deseo un buenisimo viaje.
ResponderEliminarPreciosa canción que ya conocia
Fui alumna tuya de Geografía en la carrera de Periodismo y me gustaban mucho tus clases. Me alegro de haber encontrado este blog.
ResponderEliminarQuerido e caríssimo professor Fernando Manero:
ResponderEliminarNão sabe o quanto me deixa feliz mais uma viagem sua a América Latina, sobretudo a Bolívia, que nesta hora de transe e cambios, precisa de todo apoio ao governo, ao povo boliviano, por essencial. Grata, muito mesmo.
Abraço
Apreciado don Fernando:
ResponderEliminarEs una verdadera alegría saber que personas como usted visitarán nuestras tierras. Le deseo un excelente viaje y que la estadía en América Latina, especialmente en Guatemala mi país, sea verdaderamente productiva.
Abrazo sincero.