No estaba entre mis autores predilectos, pero siempre admiré su enorme capacidad de trabajo y su habilidad para urdir tramas increíbles que enganchaban como pocas y que, tras sumergirse en ellas, provocaban una extraña sensación de fatiga y deslumbramiento.
Mi primera experiencia como lector de John Updike tuvo lugar a mediados de los noventa cuando en la estación de Atocha compré un ejemplar de “Brasil”, atraído por la posibilidad de descubrir algo de ese inmenso país latinoamericano visto desde la perspectiva de un estadounidense, muy en la línea de los grandes realistas norteamericanos. No me enteré del viaje a Sevilla, ni a la ida ni a la vuelta. Una novela dura, desgarradora, implacable con el ser humano, descarnada en la descripción de aspectos de la sociedad y de la economía brasileñas, todo gravitando en torno a una historia de amor sumergida en el infierno.
Confieso que desde entonces sentí la necesidad de conocer algo más de ese autor nacido en Pennsylvania y varias veces galardonado. Me he dejado llevar más por los títulos que por la novedad, lo que quizá me priva de la perspectiva suficiente para valorarlo con el suficiente conocimiento de causa, y que tampoco pretendo. Mas esta cautela no me impide llamar la atención sobre las dos obras de Updike, que completan mi visión del escritor fallecido: Memorias de la Administración Ford y Lo que queda por vivir. La primera, que también me acompañó hace años en un viaje, es una novela sorprendente, en la que el título encubre una historia personal de la mano de un historiador que al final confunde su propia peripecia con lo que ha sucedido en su país. Nada del otro mundo. Me gustó más la segunda, un libro de lecturas otoñales, que enlaza con las inquietudes que las gentes de mi edad tenemos cuando enlazamos los recuerdos de lo vivido con lo que queda aún por delante. No es una novela, sino una reflexión sobre la vida, que alecciona, advierte y divierte en la mejor tradición de esos escritores que en la madurez saben transmitir el valor de su experiencia con la mejor cobertura literaria de la que son capaces.
John Updike ha fallecido en plena lozanía intelectual, a sus 76 años, y su pérdida causa una sensación de vacío en la buena literatura, al menos de la más provocativa, de nuestro tiempo. Nos acercó América y eso no puede ser pasado por alto.
Reconozco que nunca lei nada de él, pero me comprometo (ahora que está tan de moda esta palabra) en hacerlo después de exámenes. Una pensa que se vayan muriendo personas que podían hacernos ver otra visión de este mundo globalizado.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Fernando, no sé cómo me pierdo alguna entrada tuya, acabo de leer la de Bolivia, no se me actualizó en mi blog.
ResponderEliminarYo no he leído nada de John Updike y tengo muchas recomendaciones, la verdad es que me han dado ganas de leer Brasil de lo que nos has contado. Es una pena que se vayan personas que muestran otra cara de la realidad y no la que acostumbramos a ver. Un abrazo, Rachel
Querido Fernando intentaré leer su obra.
ResponderEliminarAl final de tu exposición me gustan las palabras que dices: Las inquietudes que las gentes de nuestra edad tenemos para enlazar los recuerdos vividos y lo que nos queda por delante.
Un besico.
Apuntado, primero Brasil y luego Lo que queda por vivir... seguiré tus recomendaciones
ResponderEliminarsaludos y salud
Fernando no he leído nada de este autor, lo desconozco totalmente pero por lo que explicas se que me gustaría.Petonets.
ResponderEliminarApuntado autor y títulos para mi próxima lectura. Para cuando termine de leer: viaje a ixlan, de castaneda.
ResponderEliminarUna lástima la pérdida.
Beso
Me sumo a tus palabras...Meece la pena leer su visión de América y sus gentes. Un abrazo
ResponderEliminarSiempre he querido leer a este escritor pero nunca he encontrado el momento, siempre surge otro libro u otro autor, y hay tan poco tiempo y tanto que leer...
ResponderEliminarMe da rabia que va a ser ahora que ha fallecido cunado me ponga a leerlo.
Supongo que más vale tarde que nunca.
Un abrazo.
no lo conozco, recordaré tu entrada para cuando tenga un hueco en mi lista de "cosas por leer"...
ResponderEliminarjeje, Por cierto, ME ENCANTA LA FOTO DE LA CABECERA DE HOY.
Besos
Leí Brasil hace diez o doce años y, si te soy sincera, no me acuerdo del libro. No me debió impresionar demasiado porque no busqué entonces otros libros del autor. Sin embargo, ese que nos dices, Lo que queda por vivir, lo buscaré por indicación tuya.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, como siempre digo de mis visitas me voy con algo más de conocimiento.
ResponderEliminarSaludos
Pues, lo siento, John Updike nunca fue uno de mis escritores favoritos. Confieso que nunca leí nada de él pero tampoco me interesa hacerlo ahora. Para conocer la America profunda, Steinbeck ya satisfizo mi curiosidad. Besotes, M.
ResponderEliminarPues podría ser tu caso, saber transmitir la propia experiencia personal con la cobertura literaria que se transmite en este blog.
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