Se supone que la Unión Europea es un organismo serio, con dilatada experiencia y dotado de instrumentos capaces de advertir tanto de perspectivas como de riesgos. Con más de medio siglo de historia, cabría pensar que, con lo que ha llovido a lo largo de este tiempo y con lo mucho que ha pasado, las lecciones estarían aprendidas hasta el punto de que cualquier contingencia, por arriesgada fuera, podría ser afrontada con las herramientas que aporta la experiencia y esa voluntad de coordinación entre los Estados que se encuentra en la base de su misma razón de ser.
Acta Única, Tratado de Maastricht, Tratado de Amsterdam, Agenda de Lisboa, Agenda de Goteborg, Pacto de Estabilidad Económica, Moneda Única Tratado de Lisboa.... toda una retahíla de referencias claves emergen en la memoria para traer a colación lo que han significado unas reglas de juego que nos hacían presagiar que pronto íbamos a estar en el mejor de los mundos. Durante años he explicado en mis clases aspectos esenciales de la construcción europea, transmitiendo un mensaje de confianza que, no exento de crítica y cautela, trataba de subrayar lo mucho que se ha hecho para que un continente lacerado por las guerras acabase siendo un espacio de paz, un ámbito de desarrollo y bienestar, y, por supuesto también, una gran potencia en el mundo. Sabíamos que como estructura política dejaba mucho que desear, pero compensábamos esta frustración con el convencimiento de que, al menos, como entidad económica y como soporte de un modelo social solidario, su fortaleza estaba garantizada.
Sin embargo, de pronto todas esas sensaciones, esas certezas y confianzas , esa imagen de seguridad, se han visto desbaratadas. La crisis - esa crisis de cuya magnitud no nos hacemos idea todavía, esa crisis que responde a motivaciones mucho más complejas y brutales de las que nos habíamos imaginado, esa crisis que nos lleva a cuestionar los falsos mitos de la globalización, que se revela con su rostro más despiadado – ha puesto en evidencia las debilidades e inconsistencias del edificio europeo y revelado hasta qué punto los países que, como España, Portugal, Grecia e Irlanda, apenas habían comenzado a consolidar los cimientos como Estados de bienestar, se encuentran en el punto de mira de todas las descalificaciones mientras se ven sometidos a políticas de ajuste implacables, con una mella tremenda en los sectores que menor responsabilidad han tenido en el origen del desbarajuste.
Y así, mientras los postulados socialdemócratas se desvanecen en medio de la mala conciencia que provoca la dejación de sus principios básicos, los ciudadanos asistimos atónitos a un horizonte de incertidumbres mientras formulamos algunas cuestiones elementales, sin tener la esperanza de que puedan ser respondidas, al menos con la sinceridad y la honestidad que desearíamos:
Inevitablemente flotan en el ambiente varias preguntas, que vagarán en el aire sin respuesta:
¿por qué no nos han advertido de las tendencias críticas?
¿por qué no se han vigilado los comportamientos especulativos?
¿por qué no se han adoptado a tiempo las medidas destinadas a evitar el alto coste social que finalmente han acabado teniendo?
¿por qué no se ha informado a la sociedad?
¿por qué?, ¿por qué?.......
Creo que los signos siempre están presente....solo que no se quieren ver.
ResponderEliminarComo dice el Eclesistes: vanidad de vanidades todo vanidad.
Saludos
¿porqué?, Terrorismo financiero,
ResponderEliminarcapitalismo, ambición. Cuando todo esto acabe, el dinero lo seguirán teniendo los mismos, y surgirá un nuevo sistema, uno que no nos de tanto, nos estábamos acostumbrando muy mal, y nos pondrán de nuevo en nuestro sitio, bueno, ya nos están poniendo. Cada vez serán mas grandes las diferencias sociales, pero no solamente en España. Los grandes capitales, no están dispuestos a "compartir", por eso, las políticas sociales de los paises capitalistas, son cada vez mas "raquíticas", no les interesa que el pueblo tenga opciones de "acercarse" a su nivel. Un beso
Esto se veía venir desde hace muchísimo tiempo...y ahora es cuando los ciudadanos empezamos a caer del guindo. Veremos a qué y a dónde nos llevan estos descalabros económicos. Besotes pesimistas, M.
ResponderEliminarBien. Pero centrandonos en España, en el ambito de nuestra soberania nacional, quien gobierna en España es el gobierno español, a proposito del cual yo tengo otras dos preguntas.
ResponderEliminar1.- ¿Por qué este gobierno tan incompetente, en mi opinion el mas incompetente y triste en toda la historia de la democracia, no dimite y convoca elecciones?
2.- ¿Donde está la alternativa a este gobienro? Porque yo no la veo.
Un abrazo.
Esta crisis que ya se veía venir, como dice Merche y como decían algunos expertos vamos a pagarla los que menos culpa tenemos.
ResponderEliminarY a dónde nos va a llevar y qué clase de sociedad va a salir nadie lo sabe.
Como dice un amigo de mi padre que aún vive y está espléndido a sus 96 años cumplidos, cuando le preguntas cómo está:resistiendo y capeando el temporal.
Un abrazo resignado.
Te leo...leo los comentarios...y me hago las mismas preguntas.
ResponderEliminarNo sé si ha sido por vanidad, no sé si ha sido por incompetencia, no sé nada. Sólo sé que, lo que el gobierno no haga, poco podremos hacer nosotros, salvo aislarnos y buscar más que nunca para adentro refugiándonos en buenos libros y buena música.
Un fuerte abrazo, Fernando,
No entiendo cómo en este blog se encadenan tantas faltas de ortografía, tantos errores ortográficos y gramaticales. Por ejemplo: a mí me enseñaron que ese "porqué", en una frase interrogativa, va separado. Así: "¿por qué...?"
ResponderEliminarCompañero, a los culpables ya nos han señalado... somos nosotros. Poniendo un ejemplo claro, cuando una paloma nos caga encima, al mirar al cielo ya no sabemos cual ha sido. Esto es lo mismo, alguien la ha cagado y nos ha caido encima... miramos y no hay nadie
ResponderEliminarSaludos y salud