14 de diciembre de 2012

Espacios transformados (11): lugares para la memoria





Hay lugares que, por más que pase el tiempo, permanecen indelebles en la memoria. Asociarlos a los acontecimientos históricos que marcaron nuestras vidas lleva a apropiarnos de ellos y a sentirlos como referencias perennes de nuestro sentido y nuestra percepción del pasado. Confieso mi especial afición a visitar sin prisa aquellos escenarios que en algún momento de la vida han tenido un particular significado y trascendencia, y no en el sentido personal sino como algo indisociable de acontecimientos relevantes en la evolución y la transformación de las sociedades y de su cultura. Por esa razón, y puesto que la oportunidad profesional me lo ha brindado, quiero compartir aquí las sensaciones que proporciona la perspectiva del tramo occidental de ese amplio corredor que en la ciudad de Washington - desde el Lincoln Memorial al Capitolio - conmemora hitos claves en la historia de los Estados Unidos. Desde el tapiz de color creado por la otoñada, impresiona, desde luego, contemplar la esbelta mole que, a imitación del Partenón de Atenas, acoge la imponente estatua de Abraham Lincoln, ilustrada con los textos que evocan el papel que desempeñó en la abolición de la esclavitud y la unión de su país.

Su mirada se dirige hacia la escalinata y el estanque que motivan recuerdos imborrables en la historia contemporánea del mundo. No es posible distraer la vista del lugar donde se concentraron las voces y los rostros que comenzaron a poner fin a la atroz aventura bélica de Estados Unidos en Vietnam, como tampoco pasan por alto las imágenes de Malcolm X o Angela Davis en defensa de los derechos de los negros - a los que hoy se llama afroamericanos -, el momento en el que Martin Luther King pronunció aquella famosa frase - I have a dream- que dio la vuelta al mundo para llamar la atención sobre el alcance de la lucha emprendida que acabaría con su muerte o el famoso discurso de Barack Obama pronunciado a punto de tomar posesión de su primer mandato como Presidente de Estados Unidos. Y, finalmente, ¿cómo olvidar que fue precisamente aqui donde se han dado cita figuras emblemáticas de la música y la canción contemporáneas, de esas formas de expresión que aún nos sobrecogen a muchos cuando oimos a Bob Dylan, a Joan Baez, a Bruce Springteen o a The Beatles? Se agradece el silencio del paseo, la quietud del lugar, la placidez del momento, porque es la única forma de que todas esas sensaciones cobren fuerza al unísono como reflejo de un tiempo que, aun irrecuperable, ha dejado una huella imperecedera. En el tiempo y en el espacio.

1 comentario:

  1. Qué bonita remembranza. Me ha dado un poquico de envidia sana, eso sí. La foto también es preciosa, con esos colores otoñales.

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