6 de enero de 2009

Espacios transformados (Introducción): Evitemos la fugacidad del tiempo



La idea del tiempo cambia con la edad. La ansiedad de asirlo cuando nos resulta demasiado fugaz y acelerado provoca la sensación de que ya no se controla el paso de los días como cuando en la infancia o en la juventud percibíamos que todo transcurría mucho más despacio. Cuando ahora volvemos la vista atrás somos conscientes de que en nuestro camino hemos dejado muchas huellas que no se volverán a pisar. Para bien o para mal son las que marcan nuestro paso por la vida, nos revelan en el recuerdo lo que hemos hecho o dejado de hacer, las decisiones correctas, los errores cometidos, las esperanzas frustradas, las satisfacciones ganadas a pulso o por el azar. Todo un balance de experiencias y vivencias se acumula en la memoria, que ésta trata de seleccionar distinguiendo claramente entre lo que merece ser recordado y lo que, por irrelevante o banal, ha de quedar relegado al olvido.

Cuando nos situamos en una etapa en la que los recuerdos priman sobre el proyecto que nos queda por delante, tendemos a pensar que, en efecto, “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar”, como escribió para siempre el gran poeta de Paredes de Nava. Nos vemos situados en medio de la corriente que circula sin parar, que no se puede detener, con rumbo inexorable… con viento a la espalda, con brisa apaciguada en el rostro. Es “el río que nos lleva”, evocando aquella excelente novela de mi admirado José Luis Sampedro. No necesitamos remos porque la nave aprovecha el flujo inducido por la pendiente. Pero, ay, es entonces, al darnos cuenta de que las cosas tienden en esa dirección cuando debemos enfrentarnos al horizonte de la vida que resta y contemplarlo con audacia. Con visión de que el tiempo sigue existiendo y abierto a nuevas oportunidades, que en buena parte de los casos permanecen aún inéditas.

Me viene a la memoria la frase que mi colega y amigo Lluis Cassasas i Simó, geógrafo eminente de la Universidad de Barcelona y ya desaparecido, me dijo hace años cuando ambos contemplábamos el impresionante baluarte de basalto en Castellfollit de la Roca, en la provincia de Girona. Su consejo, muy propio de un hijo de Sabadell, jamás se me ha olvidado: “Mira, Fernando, para sobrevivir al paso del tiempo, siempre hay que tener una pieza en el telar”. Lo tengo presente y lo aplico cada día, aunque mis telares necesiten a veces reparaciones y cuidados que no acierto a darles.
Y hace unos días, he visto también reflejada esta inquietud en un magnífico texto de Manuel Vicent que, tan lúcido como siempre, ha recordado a sus lectores, con la mirada puesta seguramente en los de mi generación: “No existe otro remedio conocido para que el tiempo discurra muy despacio sin resbalar sobre la memoria que vivir a cualquier edad pasiones nuevas, experiencias excitantes, cambios imprevistos en la rutina diaria. Lo mejor que uno puede desear para el año nuevo son felices sobresaltos, maravillosas alarmas, sueños imposibles, deseos inconfesables, venenos no del todo mortales y cualquier embrollo imaginario en noches suaves, de forma que la costumbre no te someta a una vida anodina. Que te pasen cosas distintas, como cuando uno era niño”.
¿No les parece, amigos y amigas, que cuando comienza el año es una reflexión más que pertinente?.

18 comentarios:

  1. Leí la maravillosa columna de Manuel Vicent y tambien me llamó la atención ese párrafo. Hay que seguir viviendo y experimentando cosas nuevas, eso sin lugar a dudas. Es lo que nos va a mantener vivos, llenos de ilusión y ahuyentarnos de la tediosa rutina. En suma ¡hay que vivir! Yo, por lo menos, pienso seguir haciéndolo. Muchos besotes de roscón de Reyes, M.

    ResponderEliminar
  2. El tiempo y su percepción... casi ya ni me lo planteo, me conformo con mirar adelante y si tropiezo... camino que adelanto.

    Genial, tú reflexión :)

    Besos de reyes

    ResponderEliminar
  3. hola escritor,poeta y amigo!tu post es muy bueno...tienes una memoria para realizar citas prodigiosa...
    el tema tiempo a veces asusta otras parece que lo vivido valio la pena lo transcurrido...
    gracias por tu reflexión.
    besos.
    silvia cloud

    ResponderEliminar
  4. Pues yo para mí casi que no quiero cosas nuevas, porque hay peligro de que no sean las que serían de desear. No soy miedosa, soy prudente. Me miro muy mucho lo que deseo, no vaya a ser. La idea es que cada día, aunque sea previsible en lo externo, es imprevisible en tu interior, pasan cosas, cada día trae su cuidado y sus ámbitos diferentes.

    Por cierto, Fernando, mi nieto Marcelo está maravillado. "Yaya, ha entrado un geógrafo a mi blog". Casi me muero de la impresión, pero él más. Lo que más risa me dio es que dijera "un geógrafo", porque parecía que había entrado Plinio el Viejo o algo así. Es que él es un poco mitómano, como habrás comprobado. Creo que te visitó en tu blog y te dejó un comentario. Ahora iré a buscarlo, porque eso no me lo pierdo.

    ResponderEliminar
  5. Alguien dijo: vive cada día como si fuera el último...
    Y, es tan cierto...
    No podemos pararlo, asi que adaptemonos a su paso.
    Por si tienes un minuto ( jeje )

    http://mosaicoderetazos.blogspot.com/2008/03/que-se-detenga-dios-mo-que-se-detenga.html

    ResponderEliminar
  6. Mira Fernando: telar tienes, las reparaciones y el mantenimiento lo haces tú por ti mismo o con la ayuda de alguien experto (siempre hay un experto en lo que sea por los alrededores de uno o una), la pieza también, ¿qué más hace falta? Eso en el punto del sobrevivir…

    [¡Oye sabes una cosa! He preguntado a google qué es vivir y me han salido tropecientos pensamientos de otros tropecientos personajes famosos o importantes. Así que voy a ser original y seguir mi comentario por mí mismo, yo solito.]

    Manuel Vicent escribe desde hace la tira en la su columna, y dice cosas que se le ocurre, y que a mí me parece que no le ocurren. O sea que se las inventa o bien toma las que siempre tiene junto a sí y les da el aire que le parece cada vez que las usa.

    En concreto: ya nos da sorpresas la vida por sí sola, más bien suelen ser malas noticias, y tú sabes muy bien cuáles son esos sobresaltos a que estamos expuestos de continuo.

    Ya no somos, ni tú ni yo ni el otro, niños; así que la vida de cada día nos presenta generalmente lo que ya esperamos por conocido: la rutina de cada día. Pero el destino no es el aburrimiento, el tedio, la monotonía. No tiene porqué serlo. Y no lo será si, ante eso ya esperado por conocido, tú y yo y el otro nos entusiasmamos como se entusiasman los niños ante cada cosa nueva que descubren.

    Y tú, Fernando, te entusiasmas con ese mismo entusiasmo ante lo que vives, y nos deleitas al deleitarte tú escribiendo y describiéndonos lo que ves, lo que piensas, tus preocupaciones, tus recuerdos, tus desazones…

    O sea, que tu reflexión de ahora, y tus comentarios en conjunto, es un auténtico chute de entusiasmo para enfrentar con auténtico sano entusiasmo este año nuevo 2009.

    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  7. Es que el secrto está en RENOVAR ILUSIONES... si nó las renovamos caemos en la monotonía y en el hastío.

    Saludos Fernando.
    Mi marido y uno de mis niños se llaman también Fernando... (y es que lo bueno abunda)
    Saludos

    ResponderEliminar
  8. Totalmente de acuerdo contigo, Fernando, en la última pregunta que nos lanzas.
    En mi caso, poco antes de tomarnos las doce uvas, en ese momento de preparativos en los que quitas las pepitas y la piel de este fruto, siempre hago la misma reflexión para mis adentros: "Cómo pasa el tiempo". Y es que, un año más, te encuentras rodeado de los tuyos, haciendo el mismo rito que otros tantos años y esperando que ese carrillón baje, suenen los cuartos y comiencen a retumbar las doce campanadas que dan comienzo al nuevo año. Al acabar, no sé por qué, pero siempre se me escapa alguna lagrimilla de emoción por volver a estar un año más todos juntos. Y así año tras año.
    Pero, durante los otros 364 días, casi nunca se para uno a hacer esta reflexión de la vida. Simplemente vivimos y nos dejamos llevar por la dictadura del reloj, pasando el tiempo esperando, quién sabe, que vuelvan a sonar las doce campanadas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. Hola Fernando, bonitas reflexiones, pero he de reconocer que no deja de ser un esfuerzo y una dedicación exclusiva para que tu vida no se quede sin ilusiones, la ganas de hacer aunque mil veces te tiren al suelo, valorar la vida cada vez nos cuesta más trabajo, por todo lo que nos rodea, incluso aunque eso sea motivo de lucha, porque la vida no es justa, ayer escuché una frase que también me hizo reflexionar; “ Casi morir no cambia la vida, la cambia cuando uno se muere” y es así, eso sí la dejo aquí para que cada uno la reflexiones y le de el uso que necesite, también una frase que me encanta es “Nosotros somos arquitectos de nuestra vida”, que cierta y que bella, venida del blog de Susi. bibliotecariadospuntocero.blogspot.com.
    Es necesario y a la vez difícil seguir contemplando el mar al igual que lo hacías cuando eras pequeño, porque imaginabas que no tenia fin, eso sí merece la pena intentarlo.
    Un abrazo muy fuerte y bello post, didi.

    ResponderEliminar
  10. La ilusión puede servir perfectamente para taponar las vías de fuga del tiempo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Fernando, aunque tus palabras son siempre acertadas, este texto de hoy, no sólo lo es sino que además es bello.
    Me encanta lo que dices y cómo lo dices.
    Yo opino eso mismo, y creo que por eso siempre ando empezando y buscando nuevos retos, que confieso que a veces pueden ser estresantes, pero que sin ellos no seguiría VIVA, así con mayúsculas.

    ResponderEliminar
  12. Anónimo8/1/09 14:20

    qué bonito lo que has escrito Fernando, maravillada he quedado con tus sabias palabras. El tiempo está ahi sólo para acompañarnos, hay que vivir día a día y disfrutar de esa incertidumbre que nos rodea, aunque para mi es muy importante mirar atrás y ver mi vida, me encanta detenerme un momento para reflexionar como tú lo has hecho, así como plantearme nuevas metas y retos y mirar hacia delante, todo unido. Un beso

    ResponderEliminar
  13. Y aquí estamos dejándonos llevar por la corriente, pero nadando en ella, y disfrutando de la compañía y del paisaje aunque a veces haya que nadar contracorrient y ayudar a los que se quedan rezagados, por solidaridad y buenahombría, más que nada....Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Querido Fernando precioso texto, para pensar.
    Creo que el Tiempo siempre es un regalo, quizá cuando vas cumpliendo años, el Tiempo se convierte en un regalo maravilloso.
    Yo doy gracias al Tiempo me ha dado la oportunidad de conocer a personas que me enriquecen con su buen hacer.
    ¡Viva el Tiempo...!
    Ahora lo valoro más.

    Un besico.

    ResponderEliminar
  15. ¡qué gran reflexión! gracias por ayudarme a adelantar trabajo. Tengo 37 años y todavía dedico más tiempo al futuro que al pasado. Espero seguir así, pero a veces me sorprendo comparando situaciones nuevas con otras ya experimentadas. Eso me gusta, y entonces me alegro de haber vivido. Espero que algún día, y espero que dentro de muchos años, pueda escribir, sin temor y con orgullo "Confieso que he vivido", como mi admirado chileno.

    ResponderEliminar
  16. Anónimo9/1/09 23:31

    Hay quien dice que el tiempo es algo que solo contemplamos en nuestra mente recuerdo cuando leia a mis hijos un cuento sobre una cajita de la que sobresalia un hilo que era el de la vida y segun tirabas el tiempo iba avanzando mas rapido en funcion de lo fuerte que tirabas,tambien recuerdo el libro de Miguel Delibes La Hoja Roja hoy que tengo 51 años pienso en el hilo de la vida y en la hoja roja que anunciaba que el papel de fumar habia llegado a su fin.Creo que me he puesto un poco melancolico.Un Saludo

    ResponderEliminar
  17. El propósito es bueno: seguir disfrutando, sintiendo, apasionándose, divirtiéndose... ¿Quién no suscribe estos planes para el año nuevo y los sucesivos? Pero a veces falla algo dentro de nosotros o en nuestro entorno que te resta energía (física y psíquica), algo que te hace encogerte sobre ti mismo y dudar de que merezca la pena esforzarse... No, no me voy a poner negativa. Hay que esforzarse en mantener los sueños, en albergar ilusiones, en no claudicar ante los contratiempos. Y en ese esfuerzo cuentan mucho las personas que están alrededor y las que, estando lejos, te animan a continuar. Con reflexiones como éstas que hoy leo aquí.

    ResponderEliminar
  18. En definitiva , el tiempo ES , la vida pasa . No creo que el tiempo se fuegue lo que se va son los días por vivir .

    Muy lindo tu blog gracias por esta reflexión !

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails