20 de febrero de 2009

La descomposición política de Italia



¡Ay, mamma mía, si los grandes padres de la República italiana levantaran la testa!. ¿Qué pensarían de ella gentes como Cavour, De Gasperi, Einaudi, Pertini, Moro o Berlinguer, por mencionar a los que merecen más respeto en medio de una pléyade de sujetos que mejor conviene ignorar?. Quien haya visto “Il Divo” , la película que Paolo Sorrentino ha dedicado al inefable Giulio Andreotti, se habrá dada cuenta de que en un país donde un tipo de esa catadura haya podido gobernar durante años cualquier cosa en el mundo de la política es posible.

Es posible que Italia siga funcionando mientras aparece sumida en un proceso de descomposición institucional pavoroso. Representa hoy, mal que nos pese, la quintaesencia de la degradación política en la Europa que fraguó la unidad europea. En manos de un gobierno encabezado por un primer ministro que sigue en el poder para eludir el peso de la Ley y para hacer negocio, la trayectoria de Italia nos sitúa ante un escenario de cambalache que induce al abatimiento y al desapego total por la política. Se ha dicho tanto ya del histriónico Silvio Berlusconi que parece innecesario insistir en el descrédito que para Italia supone un Presidente del Gobierno que reúne todas las cualidades del político sin escrúpulos, sin pudor alguno, macarra e insultón, amigo de la gracieta machista, de la actitud despectiva hacia el diferente y feroz defensor de esa confusión entre lo público y lo privado en la que se basa su fuerza y su dominio sobre la opinión pública. El que una sociedad apoye a un individuo así nos revela hasta qué punto se han degradado los principios en los que se basa la acción política entendida como servicio al ciudadano y como dignificación de la democracia.

Mas la responsabilidad de que eso suceda no es indiferente a la situación desoladora en que aparece sumida la izquierda tras la dimisión de Walter Veltroni, que acaba de salir por la puerta de atrás de la política italiana, aburrido, desesperado e incapaz de neutralizar y poner fin a las profundas fisuras, a la guerra despiadada y a las confrontaciones brutales que impiden el desarrollo de una opción alternativa a la barbarie y al chanchullo berlusconianos. Todo parece indicar que el panorama, lejos de aliviarse, tenderá a acentuar sus tendencias hacia el desvanecimiento de cualquier opción progresista con posibilidades. De nuevo se oye hablar de la necesidad de “refundar el centro-izquierda” en Italia. De la necesidad de caras nuevas, de mensajes renovados, de ideas ilusionantes. Son frases que hemos oido hasta la saciedad y de las que hay que recelar por completo si se limita a un mero juego de buenas intenciones. La suerte está echada. Italia a la deriva.


Mas sigue funcionando y quien visite el país puede tener la sensación de que nada pasa, porque los trenes circulan, los aviones salen más o menos a la hora, los comercios abren sus puertas y los restaurantes siguen siendo acogedores. Se publican libros y de cuando en cuando es posible asistir a manifestaciones culturales que asombran por su calidad y su independencia. Pero, a poco que se escarbe en la realidad, apenas abiertos los periódicos, o a sólo unos kilómetros de los lugares que el turista visita embelesado, aflora la Italia que se pierde en el magma de la corrupción que todo lo abarca, el lucro desmedido de unos pocos, la vulgaridad y la zafiedad de quienes la gobiernan y el deterioro abrumador de los servicios, entre ellos los educativos y los sanitarios, que aparecen abandonados a su suerte. Un desastre político, en definitiva.

¿Quo vadis, Italia?. Chi lo sa. Sicuramente verso il niente.

Fotografías: Palazzo de Montecitorio. Sede de la Cámara de los Diputados. Abajo: Ediciones de los discursos de los políticos italianos en una Librería de Via del Tritone

12 comentarios:

  1. Querido Fernando: el panorama italiano es desolador, tanto por la interminable fractura de la izquierda, como por las incomprensibles victorias de Forza Italia.
    Inaudito...
    Abrazos,

    Diego

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  2. Hay que tomar nota, no sea que se propague semejante panorama por otros lugares como España (a la corrupción me remito).
    Saludos.

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  3. Y mucho que se siente. Es una lástima que un país tan hermoso, tan en el origen de nuestra cultura, se vaya hundiendo en ese fiasco de corrupción e ignorancia. Cada italiano que he conocido se ha quejado de su gobierno y de su país, por los derroteros que iba tomando, lo que me hace no entender nada, porque ellos son los que votan. Puede ser que me haya encontrado siempre con gente de mi cuerda, o con personas sensatas, pero sigo sin entenderlo. ¿Qué les está pasando? ¿Como aguantan a ese intolerable personaje?

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  4. Hola Fernando, lo explicas tan clarito, que poco habría que decir, solo que en España, pronto acabaremos igual o peor. Si no son capaces ahora de desenmascarar a todos los implicados en la trama de corrupción que hay dentro del PP, si todo queda como quedaron otras investigaciones, al final se harán con el poder absoluto, y lo de Italia va a ser una tonteria comparado con lo que nos vamos a enfrentar aquí. Por cierto, acabo de oir, que al Juez Garzón le han ingresado de urgencia por una crisis de ansiedad. Un beso Fernando

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  5. Extraordinario artículo. Demuestras estar bien documentado y has hecho una síntesis perfecta. Lo que más me asombra de este estimado país -mi suegra era italiana- es la actitud de la gente que reincide en votar a un personaje tan despreciable. No lo entiendo. ¿Acaso no están informados.? ¿No hay más opciones? Y lo pasmoso, como bien señalas, es que el país parece funcionar...
    Un cordial saludo, Fernando

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  6. Pues tienes razón, pero a mí siempre me ha dado la sensación de que Italia iba a la deriva y sobrevivía por inercia.¿Cuántos (des)gobiernos lleva desde hace diez años?He perdido la cuenta.Un abrazo

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  7. Italia, durante años ha sido el único país verdaderamente anarquista. No importa quién gobierna que el país sigue funcionando como tu muy bien dices. Y eso de que los italianos voten a Berlusconi, lo dudo mucho. Seguro que hay mucho tongo pero como el país funciona, literalmente, los italianos pasan de todo. De todas formas, sabemos quién verdaderamente mueve los hilos del mundo... Vamos a la deriva y a eso de que LOS CIUDADANOS no reaccionemos, no hay nada que hacer. Besotes, M.

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  8. Sólo puedo decir que de nada me asusto, no creo en la política, ni tampoco en los que la practican.
    Lo siento si me lee algún político ;)
    Un abrazo

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  9. Feliz quien puede visitar ese país.

    Te lei con atencion porque de ti aprendo, no comento porque mis dias estan atiborrados de sentires que me llevan a otras dimensiones.

    Que tengas un precioso fin de semana con tus seres queridos.

    Cariños

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  10. Muchas veces (la mayoría) la humanidad pareciera retroceder a pasos agigantados, y esto se vé en todas partes.

    Un excelente fin de semana don Fernando.

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  11. Creo que Italia es grande, y los italianos unos seres llenos de vida. Mil veces invadida, siempre ha resurgido. Fue un imperio, luego un mosaico de naciones ciudades, y ahora no acaban con ella todas las huelgas que se organicen y realicen. Su historia es "pletórica"… (a pesar de negros episodios).
    Pero ¡Miguel Ángel, qué estás diciendo!

    Fernando, danos, por fa, otra disertación sobre Italia.

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  12. hola escritor,poeta y amigo! muy clara tu explicación ... pobre Italia ...y peligran los países europeos...
    besos.
    silvia cloud

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