No hay en el mundo desarrollado una imagen que evidencie con tanta expresividad la magnitud y las dimensiones de la crisis. No ha de encontrarse en Europa o en Japón, sino en Estados Unidos, el símbolo del progreso, la quintaesencia de la innovación tecnológica, la manifestación del capitalismo más avanzado y en toda su plenitud. Me viene de pronto a la memoria aquel poema tremendo de Blas de Otero, que dice:
Me llamarán, nos llamarán a todos.
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,
en tornos de cristal, ante la muerte.
Y te expondrán, nos expondremos todos
a ser trizados ¡zas! por una bala.
Bien lo sabéis. Vendrán
por ti, por ti, por mí, por todos
Y también
por ti.
(Aquí
no se salva ni dios. Lo asesinaron.)
Si Estados Unidos no se salva, ¿qué seguridad nos queda a los demás?. Un pais afectado con dureza aunque, dentro de él, es concretamente en Detroit donde la realidad ofrece en nuestros días su cara más dramática e incluso estremecedora. Es algo que sucede y que no se puede ignorar. Y precisamente en una de las ciudades más representativas en la historia de la industrialización contemporánea. La ciudad que ejemplifica, como ninguna otra, la trayectoria de ese producto emblemático de la capacidad tecnológica y del desarrollo en el siglo XX como es el automóvil.
En ella se diseñó el primer prototipo, de la mano de la casa Ford, en ella se implantó el sistema de trabajo en cadena, que Chaplin describió tan descarnadamente en Tiempos Modernos, y en ella, en fin, nacieron y se consolidaron las grandes firmas de la automoción, capaces de dar trabajo a millares de personas, cuyo poder adquisitivo causaba envidia en el resto de los sectores, formando una especie de categoría social que bien pronto se singularizaría por su espíritu corporativo y su orgullo profesional, indisolublemente asociado al prestigio y al renombre de la empresa. Era la ciudad donde confluían las tres grandes (como las Big Three se las ha conocido siempre) de la fabricación automovilística mundial: General Motors, Chrysler y Ford. En los años setenta del siglo pasado daban empleo, directa e indirectamente, a casi 200.000 personas y de ellas salían cada año un millón de vehículos. Una escala espectacular, una potencia industrial que parecía imbatible.
Hoy todo eso se ha venido abajo o, cuando menos, se tambalea en medio de una zozobra alarmante, que altera por completo la estructura que tan sólida parecía, derivando en una crisis económica y social de envergadura desconocida. La sensación de crisis se extiende imparable, la producción desciende a niveles insostenibles, los despidos se cuentan por decenas de millares, los beneficios decaen hasta lo insospechado, obligando a intervenciones masivas de capital público, que contravienen los principios del liberalismo hasta ahora incontrovertido. Entre tanto, la sociedad se desestabiliza y acusa los peores efectos de la insolidaridad y el sálvese quien pueda. Rodada en Detroit, la película Gran Torino, dirigida por Clint Eastwood, siempre de bueno entre los más buenos, representa una aproximación matizada a la tragedia que se respira y agobia en la histórica metrópoli industrial del Estado de Michigan.
Son muchos los aspectos que reflejan la crisis traumática de un modelo de crecimiento, que, si no ha tocado a su fin, sí se halla expuesto a una profunda revisión. Entre ellos, el más llamativo es la desvalorización de los bienes inmobiliarios. La ruina ha llegado a un sector asociado a los momentos más expansivos de una demanda floreciente, que ha dejado de existir. En su edición de 7 de Marzo de 2009, el New York Times, poco sospechoso de sensacionalismo, aludía al descenso vertiginoso del valor de la vivienda, pues no era infrecuente encontrar, “en sectores correctos”, como decía el periódico, viviendas que no superaban los 100 dólares (72 euros) en el mercado. Precios que tampoco son infrecuentes en Cleveland o Baltimore, víctimas de una situación similar. Todo ello se inscribe, en fin, en un contexto de decadencia ostensible, que hace mella atroz sobre un riquísimo patrimonio arquitectónico, que, abandonado a su suerte, testimonia con tintes dramáticos, y con imágenes que sobrecogen, el fin de una etapa que nadie sabe si volverá de nuev0.
Imágenes: Arriba: Logotipo de General Motors en la sede central en Detroit; Abajo: Situación en que se encuentra el impresionante Spanish Gothic Theater, construido en 1928, en plena prosperidad, y actualmente abandonado.
Acertado analisis, amigo Fernando. Ya veremos lo que pasa; desde luego, los quilates de la población se ven en momentos de crisis.
ResponderEliminarEn momentos de crisis aflora la virtud; en la abundancia los vicios se desatan, decia Seneca. Mala es la crisis, obviamente, pero no la veamos como una desgracia sino como un desafio para mejora.
Arriba los corazones.
Un abrazo...!
Fe de erratas. Donde dice "mejora", debe decir "mejorar".
ResponderEliminar(Ay las prisas...)
Reitero mi abrazo.
Nosotros creímos que la palabra crisis económica era patrimonio de nuestro tercer mundo,que el primer mundo ya había superado todo y que era muy sólido económicamente hablando,esta crisis viene a demostrarnos que la historia de la humanidad sorprende,que nuestras economías dependen de tantos factores ahora que el mundo se globalizó que fué posible esta crisis que nadie esperó,ni imaginó,ver tocado por ella a grandes estados realmente sorprende,asusta también,y en mi caso me ayuda a querer más mi pais,porque todo aquello que yo siempre reproché sobre mi pais y la gente de aquí es lo que hoy veo en el mundo entero,no somos tan diferentes como creí,y además descubrí que como pueblo somos fuertes(cosa que yo créi era todo lo contrario) nosotros atravezamos duras crisis,nos roban desde el gobierno sea quien sea que esté,nos hunden y allí estamos siempre empezando de nuevo,trabajando día a día,nos pasa de todo y sin embargo alli estamos,y hasta con mis paseos descubrí que somos solidarios, yo que atravecé ya algunas crisis,que ví mis sueños irse un par de veces cuando ya los alcanzaba,y que empecé de cero otro par de veces puedo decir que en las crisis es verdad que se pone a prueba tu fortaleza,es verdad que nacen nuevas oportunidades,es verdad que después de tocar fondo asciendes mucho más que antes,es cierto que luego miras a atrás y no puedes creer que lo hayas superado tan rápido,aprendes a no angustiarte pues sabes que empeoras tu situación,y te vuelves positivo y tenaz porque no existe otra salida,porque si te lamentas y esperas a que las soluciones lleguen solas te hundes.
ResponderEliminarEs muy triste ver como en el mundo entero esta crisis está arruinando tantas familias,y como yo ya lo sufrí se que es desesperante,pero fijate que uno siempre en la vida pone expectativas,y claro con el nivel económico que tenían esas espectativas eran grandes,hoy por hoy mientras esté la crisis creo que todos deben sentarse y analizar si es que pueden o no alcanzar a cubrir las necesidades básicas,si pueden alimentarse ,vestirse,educarse,y tienen un techo, es cuestión de esperar y golpear puertas que ni bien esto se estabilice todo mejorará,no se puede amargar uno por lujos que ya volverán,en el mundo hay millones de familias que no alcanzan lo básico,si la situación es más grave con más razón no hay que desanimarse,nadie dá empleo a alguien desesperado,y si las puertas se cierran hay que golpear mas puertas y hasta algunas ventanas.
Muy bueno tu analisis Fernando,un abrazo amigo y que tengas buen día!
Hola Fernando,
ResponderEliminarRealmente es muy triste lo que está pasando y tal como lo describes todavía lo es mucho más.
La decadencia nos persigue a todos lo que ocurre que a grande escala todavía es más catastrófico, es una crisis que no solo se dirige hacia lo económico, hacia la persona... también efectivamente perjudica la salud del mantenimiento de grandes obras, digamos que es un espejo donde se refleja metaforicamente lo que está ocurriendo y entenderlo enseguida, dicen que una imagen vale mas que mil palabras.
EEUU es el pilar mas fuerte pero por supuesto cuando un muro de este calibre cae, caemos muchos y es una gran tragedia, como es el caso.
Efectivamente lo que transmite la pelicula que nombras, por cierto una maravilla, es exactamente lo que tú dices, otro espejo al que mirar y entender el camino al que nos dirigimos poco a poco-
Un abrazo, didi.
Hola Cornelivs, yo también cometo errores, más que nunca ahora, uno por mi bebé que tengo muy pocos ratos y los que tengo son muy cortos y claro tengo que correr para escribir y poder dar mi opinión, otro porque mezclo sin darme cuenta el catalán con el castellano, otras porque dudo de lo que nunca o antes había dudado..vamos el caso es que espero que cuando me pasa a mi, se me perdone, porque no le duele tanto a nadie como a mi,
Un saludo, didi.
Ese Spanish Gothic Theatre es la alegoría perfecta de nuestra situación actual. Todo se desmorona, absolutamente todo, la economía, la moral, la educación, la justicia y para qué seguir... Besotes, M.
ResponderEliminarAh, el poema de Blas de Otero muy premonitorio tambien. Muy bello. Besotes, M.
ResponderEliminarComo siempre, genial tu articulo, nos lo dejas "mascaito", da gusto leer como desarrollas una noticia. Y por supuesto, estoy contigo en todo. Un beso
ResponderEliminarNota: Las fotos que pones son preciosas, y te confieso que me dio la idea de mostrar Madrid en fotos en la cabecera de mi blog (ya sabes que soy muy madrileña)
tremendo el poema de Blas Otero,
ResponderEliminarFernando tienes toda la razón, tu reflexión y exposición de la situación por la que atraviesa todo el planeta es muy interesante y hace pensar, te felicito.
...y sin ir más lejos aplica también el refrán 'cuando las barbas de tu vecino veas cortas pon las tuyas a remojar'
muchos besos,
Era una economía que se veía venir tiempos de crisis. tienen un cáncer dentro ya....no extirpable.
ResponderEliminarCariños.
A todas y a todos los que estéis hartos del ruido en cualquiera de sus facetas, os invito a uniros a la campaña para blogueros "UNIDOS CONTRA EL RUIDO"; los interesados en manifestar su adhesión deberán visitar el blog "Silverolusplater" y seguir las indicaciones. Un afectuoso saludo y gracias de antemano.
ResponderEliminarImpresionante lo que nos cuentas y poema estremecedor con el que ilustras tu entrada. Uno se siente conmovido e insignificante ante la magnitud de esta tragedia que no sabemos hasta dónde alcanzará. Hechos que no son de allá, sino que son de todos...
ResponderEliminarUn cordial saludo
Bueno, todo es impermanente, nada es eterno y ya han caído muchos imperios a lo largo de la Hstoria, ha habido cambios y revoluciones, y nada nos puede sorprender ya. Ya veremos, que es la frase más dicha últimamente. Hay un artículo en la revista de mi instituto, de un magnífico profesor de filosofía, que quizás la suba al blog, a propósito de esto.
ResponderEliminarTu artículo, buenísimo, y las fotos a las que remites, impresionantes.
Un abrazo
Tan sólo manifestarte mi admiración por tu exposición, Fernando.. y si nosotros estamos en crisis no quiero ni imaginar en que podrá afectar nuestra solidaridad hacía este Tercer mundo...
ResponderEliminarUn abrazo.
hola escritor,poeta y amigo!!
ResponderEliminarmuy bueno el poema,va como anillo al dedo...
lástima que no se den cuenta que ellos tambipen estan cayendo ,cuánta gente sin trabajo...
y nosotros pensabamos que solo nos pasaba en Argentina...
suerte...
besotes!!!
silvia cloud