Regreso a este espacio después de unos días de ausencia en los que el tiempo se me ha ido en un suspiro sin darme cuenta de que pasaban mientras asistía, inerme, al fin de la vida de uno de los amigos más entrañables que he tenido. Es un hombre conocido en España y su firma resuena airosa en el mundo de la cultura, de esa cultura seria y rigurosa que descansa en una sólida formación y que sirve para entender mejor lo que hemos sido y lo que podemos ser. Hizo de una disciplina tradicionalmente poco atractiva una fuente de conocimientos que han ido cobrando importancia en los saberes de una sociedad sorprendentemente cautivada por cuanto sucedió en el Medievo.
Era catedrático de Historia Medieval. Lo fue en la Complutense de Madrid, en Sevilla y finalmente recaló en la de Valladolid, muy cerca de su Olmedo natal, donde había nacido tres días después de la rebelión militar que dio lugar a la terrible guerra civil que destruyó España pronto hará 73 años, los mismos que él estaba a punto de cumplir. Su padre, maestro de escuela en Aranjuez, fue asesinado en Segovia, cuando su hijo sólo contaba con tres meses de edad. Nunca supo donde está enterrado y el único recuerdo que de él conserva es la foto sepia de la boda de sus padres. Le conocí como discípulo y bien pronto como amigo. Uno de los mejores.
He tenido con él una relación estrechísima: en la cultura, en la política, en el mundo editorial, en las gradas del Real Valladolid, en las manifestaciones contra la guerra de Irak (de la que procede la imagen que ilustra esta entrada: Julio, el canoso sonriente; yo, el tercero por la izquierda), en las tertulias de los sábados, y domingos, en las escapadas al mar, en las conversaciones miles sobre cosas miles, pues de todo hablé con él. Le acompañé cuando se presentó al Senado como independiente en las listas del Partido Comunista de España en las primeras elecciones democráticas, en las infinitas reuniones mantenidas durante los años de la Junta Democrática , en los esfuerzos por hacer de Castilla y León algo más que una tierra sumida en el pasado, en su toma de posesión como miembro de número de la Real Academia de la Historia , en la complicada y azarosa experiencia de Ambito, en los numerosos actos académicos en los que participamos juntos, en ciclos de conferencias en todo tipo de escenarios, en la vigilancia de lo que nuestros respectivos hijos esperaban de la vida.
Se llamaba Julio Valdeón Baruque. Falleció el domingo 21 de Junio de 2009, cuando el verano entraba por las ventanas. Ocurrió a las 19,15 horas y yo estaba allí. Dos días antes le hice la última visita en su domicilio. Ya no me reconoció. Me puse de inmediato a escribir un recuerdo en el periódico en el que colaboro. No fue una necrológica, sino una evocación de los cimientos sobre los que se construye la amistad a lo largo de la vida. Su despedida en el cementerio municipal de Valladolid no tuvo nada de fúnebre ni de angustiosa. Fue un acto de encuentro de amigos y allegados que nos reunimos para recordar, para rejuvenecer el pensamiento y para homenajear a Julio cuya imagen inundó el ambiente a los sones del "Adiós, muchachos compañeros de la vida", como bien nos recueda el admirable Sánchez Bolín, y que rescatamos ahora en la voz de Carlitos Gardel, que se daba un aire a Julio en su juventud.
Un abrazo muy fuerte, Fernando.
ResponderEliminarYo leí muchos libros suyos en la facultad.Sus libros de historia medieval eran increíbles y tan cercanos que te parecía estar en una ciudad medieval....Cuánto lo siento.Te mando un abrazo enorme.estamos faltos de hombres buenos Fernando, tan faltos...
ResponderEliminarQuerido amigo Fernando: sé lo mucho que ha supuesto para ti la muerte de Julio.
ResponderEliminarTe envío un gran abrazo con todo mi cariño.
Diego
Qué emotivas son sus palabras! lo siento de veras. Ustedes pertenecen a ese grupo de intelectuales castellanos de los que nos sentimos orgullosos.
ResponderEliminarReitero mis palabras anotadas como comentario en tu anterior artículo:
ResponderEliminarSé que de esta manera también lo leerás. No me parece poner mi comentario en el otro blog que tienes, - http://fmanero.blogspot.com/2009/06/julio-valdeon-baruque.html-, más biblioteca que lugar de cháchara.
Tu oración fúnebre a Julio Valdeón Baruque, hecha en vida, engrandece, ahora que él no está, a quien la dicta más si cabe que a quien es objeto ya de recuerdo y memoria.
Más que colegas fuisteis amigos. Más que ideas, compartisteis incluso sentimientos. Y estoy convencido de que entre vosotros dos, y junto a otros y otras, los castellano-leoneses deberemos reconocer a los responsables de que esta autonomía, por la que allá en los setenta pocos dábamos un duro, haya dejado de ser un proyecto político y social porque es toda una auténtica realidad llena de sentido y con un futuro que a no dudarlo empezará a ser envidiado.
Fernando, te honran tus palabras. Seguro que Valdeón ya las ha leído. No te extrañe si te hace llegar alguna nota con sus apreciaciones sobre el particular.
Un abrazo.
Cualquier palabra se quedaría corta frente al dolor de la pérdida. Lo siento de veras. Lamento la ausencia del amigo, del compañero. Es un golpe del que cuesta consolarse.
ResponderEliminarTe mando un fuerte abrazo Fernando.
ResponderEliminarTe fui a visitar a Miradas sin fronteras, realmente hermoso.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo aquí, en tu casa.
Mis más sentido pésame.
Me alegra saber que la despedida no fue angustiosa. Hay que celebrar haber tenido semejante amistad, semejante relación con tantos puntos de encuentro.
Un abrazo.
Lo siento muchísimo Fernando, hace poco yo también he perdido a alquien a quien quería mucho, y la verdad es que... duele, hasta físicamente. No sé si me explico.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo para ti y para la familia de tu amigo Julio.
Acabo de leer el "Recuerdo" que dedicaste a Julio Valdeón Baruque.. Junto a este Post... Y comprendo tu emoción y tu pesar...los comparto con su lectura y te dejo un abrazo muy cariñoso Fernando...
ResponderEliminar"Algo se muere en el alma
ResponderEliminarcuando un amigo se va",
dice la conocidisima letra de la famosa Sevillana.
Este post habla por si solo, mi querido amigo Fernando.
Habla mucho de él...y habla mucho de tí.
Habla de la sinceridad, de la nobleza, de la profundidad de la sana y vieja amistad, y del dolor que produce la partida de ese amigo.
Estoy conmovido.
Envio mis respetos y mis condolencias a la familia del fallecido.
Y a ti, un fuerte abrazo, amigo Fernando.
Lo siento Fernando, siempre se van los buenos...
ResponderEliminarUn abrazo
Un abrazo solidario ante una pérdida tan querida.
ResponderEliminarCariños
¡Ya extrañaba tu ausencia, querido Fernando! Pero entiendo tu pesar, tu tristeza por la pérdida de un buen amigo. Eso es irremplazable. No tenía el gusto de conocer a Julio Valdeón pero por lo que he leido en el blog de Diego Fdez. Magdaleno, su necrológica en "El País", y ahora tu eulogía, me he dado cuenta de que fue un gran hombre sabio y humanista. Lástima que no tuve la oportunidad de asistir a una de sus clases magistrales sobre historia medieval. Me hubiese encantado. ¡Ánimo, querido amigo! Besotes, M.
ResponderEliminarAmigo Fernando, quiero transmitirte mi solidaridad contigo ante una pérdida tan sensible para ti, pues por ese amigo supiste lo que era la amistad, un bien no siempre apreciado en todo su valor vital. Es verdad que ante esto lo primero es el silencio, el estupor en que nos sume la desaparición de las personas que queremos, y que no es hasta pasado un tiempo cuando podemos hablar de ellos y del hecho de su pérdida con melancólica naturalidad. Tienes ahora esa amistad y todos sus recuerdos como un tesoro para tu vida. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y mi oración por tu amigo y su familia.
ResponderEliminarSiento mucho el dolor que te causa la perdida de Julio Valdeon, el homenaje de tus palabras es precioso, y dice de ti cuanto le querias. Lo siento. Un beso
ResponderEliminarFernando… Emotivo y sentido a dios… al amigo,alhermano del alma. Mi respeto,o siento, Un beso. Silvi.
ResponderEliminarFernando, te envío un sentido abrazo por la pérdida de un gran amigo para tí. Ya ves; él, ha sido mi manual en segundo de historia y geografía en la facultd de Oviedo aún tengo su libro con muchas anotaciones a pie de página y,guardo un grato recuerdo cuando lo estudié en segundo de carrera porque Ignacio Rúiz de la Peña nos lo recomendó para los exámenes además de sus apuntes. No dudo de que amaba la historia porque ha hecho un texto ameno y cálido para el alumno y muy fácil de entender. Se marchó un gran maestro pero nos ha dejado un legado nuestro amor por la historia.
ResponderEliminarFernando,recibe un fuerte abrazo.Angela
Coincido, Fernando, en todo lo dicho y añado que tuve la gran suerte de coincidir en su clase el años de su llegada a Valladolid y eso me reconcilió con el estudio de la Historia, hasta entonces tediosos y sin sentido. Su magisterio supuso una corriente de aire fresco para unos estudios de Historia tan anquilosados.
ResponderEliminarPosteriormente he tenido la oportunidad de charlar con Julio en numerosas ocasiones y de asistir a multiploes charlas en las que siempre descubría algo nuevo. Pero además de su calidad intelectual habría que destacar su calidad humana ya glosada por ti.
Es tanto lo que nos ha dejado que pronto parecerá que no se ha ido, su obra sigue con nosotros.
Un abrazo
Fernando: Sebes que lo siento de verdad, la ultima vez que le vi fue en la calle San Quirce a la altura de la biblioteca.
ResponderEliminarNo pude acompañaros en el entierro, por mi mente han pasado muchos recuerdos agradables. Fue un gran impulsor de los primeros Villalares, nunca faltó, dio la cara en los momentos más críticos, cuando había que hacerlo. Siempre defendió nuestra identidad, por que creía en esta tierra.
Nos queda ese gran legado docente y documental, esa sencillez, esa mirada viva a veces socarrona que trasmitía sosiego y confianza.
hola escritor,poeta y amigo!quiero enviarte un abrazo muy fuerte y te acompaño en la tristeza que te produce la pérdida de un amigo.
ResponderEliminara su flia mis respetos.
cuidate mucho.
besotes.
silvia cloud
PASO PARA INVIRTALE A QUE DESDE ESTE 29 ESTAREMOS PRESENTANDO LOS 5 VIDEOS FINALISTAS DEL CONCURSO DE DORITOS ADCHALLENGE, ASÍ QUE NO SE LO PIERDA QUE ESTARA MUY BUENO Y ADEMAS ASÍ APOYAS AL TALENTO BORICUA
ResponderEliminarESTE ES EL LINK DE LA PAGINA:http://doritosadchallenge.com/
Fernando, sólo puedo llorar contigo, ofrecerte mi abrazo y mi consuelo, lo siento muchisimo, de verdad.
ResponderEliminarhe leído tu homenaje y es maravilloso un recuerdo tan bonito. Era una persona realmente increible, en todos los sentidos, primero humano y después intelectual. Tener un amigo como tú, que le aprecia tanto habla por si solo.
mi abrazo fuerte para ti,
Hola, estoy visitando tu blog, es muy lindo. Seguiré viniendo. Cariños
ResponderEliminarQuerido Fernando, he estado una semana de vacaciones, he mirado tu blog y me uno a tu dolor y al de su familia.
ResponderEliminar"Algo se muere en el alma cuando un amigo se va"
Que cierto es.
Un abrazo lleno de cariño.
Mi mas sentido pésame Fernando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fernando, ya es hora de que rompas el silencio. ¿Hasta cuándo va a durar tu enojo?
ResponderEliminarSi te parece mantener el luto, hazlo, pero no así. ¿Crees que Julio es lo que espera de ti?
[Si resultare inoportuno este comentario, perdóname y bórralo]