16 de mayo de 2010

Mensajes en la calle (28): todo el tiempo del mundo le pertenece



No importa la venta ni el flujo masivo de clientes. El tiempo tampoco apremia, pues es lento y plenamente controlable. La calma de la calle invita al silencio y facilita sumergirse en la lectura. Eso es lo que tiene interés: disponer de un libro entre las manos, unas pocas pertenencias al lado y sentirse respetado. En ese microcosmos, el lector es el dueño de la situación, el verdadero arquetipo de la libertad sin restricciones. ¿Quién va a poner coto a la satisfacción de sentirse libre en compañía de lo más apetecido?


La edad es también un valor adicional para quien, ensimismado en lo que lee, brinda también al transeúnte lo que modestamente puede ofrecer, indiferente a los murmullos de los transeúntes. Incluso a sabiendas de que el valor de lo que muestra es algo que sabe ya que sólo a él pertenece.


12 comentarios:

  1. Ya te había leido en facebook. Y lo que se me ocurre es: ¿qué motivo puede impulsar a este hombre para exponer en una manta objetos para vender?
    ¿Qué historia habrá detrás de esta imagen?
    Un abrazo.

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  2. Buen observador, Fernando, siempre estás ojo avizor a ver qué te sugiere lo que ves. La calle es un mosaico impagable para los amantes de la condición humana. En ella se dan cita todo tipo de personas y personajes. Es fascinante poder dedicar tiempo a la contemplación de los demás, sabido es que muchos grandes escritores lo hicieron y lo hacen. Yo piso poco la calle en sentido estricto, mi colegio está a las afueras de un pueblo y vivo en una urbanización con muy poco ambiente público, por eso me gusta ir a Madrid y ver lo variopinto de su población. Es casi un milagro que alguien como el hombre de la imagen logre aislarse y concentrarse en la lectura. Antes en el Metro leía casi todo el mundo, ahora es una excepción, prefieren los MP3 o similares, que aíslan más aún. No me gustan esos chismes. Si volviera a viajar en Metro sería lectora, como hace años.
    Un abrazo.

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  3. ¡Qué bien que vas a dedicar posts a estas fotografías! Me parece una idea estupenda porque tu ojo avizor y tu interpretación de las mismas serán impagables. Me ha gustado mucho lo que escribes sobre la foto de ese hombre leyendo y, al mismo tiempo, vendiendo sus cachivaches. Besotes, M.

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  4. Me hago la misma pregunta que Antonia Pons. Y me respondo pensando que seguramente la situación, interna y externa, de este abuelo no será tan idílica como parecen sugerir los escritos del "amo" del blog (je je) y los demás comentaristas. Tendemos a proyectar en los demás nuestra propia circunstancia, y casi siempre nos equivocamos. Buena idea, amigo Rato, la de ofrecernos en tu blog imágenes aumentadas e interpretadas, subjetivamente, con los textos. Lo subjetivo es lo propio del blog personal y lo que espolea a los lectores.

    P.S,: No sé si has leído mi comentario a tu anterior artículo sobre Garzón. Lo digo porque, como lo he puesto después de colgado el del anciano lector, siempre prevalece el último y hace que los precedentes sean agua pasada.

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  5. ¡AY! Fernando, cómo me gusta eso de....Todo el tiempo del mundo le pertenece....No cabe duda.., y él, lo gestiona a su antojo. Me gusta esta nueva forma que le das a tu blog Fernando ,en esta entrada nos dices que la calle es el reflejo de lo que sucede ... y,¡ cuánto nos dice si nos fijamos un poquito...¡Cuántas historias cerradas y aún abiertas...Cuántos deseos aún por realizar ... de todos los viandantes y él ahí, en su mundo particular ...a la espera de pasar la siguiente hoja...sin importarle nada ni nadie... Me encanta tu nuevo enfoque porque nos acercas a ver nuestra ciudad desde otro punto de vista ... más humano, más cercano y si lo prefieres con otra sensibilidad. Un abrazo y mi felicitación más sincera.

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  6. Este señor está enfrascado y atrapado por la lectura. De su vestimenta, me choca su boina de lana azul. No es muy corriente. La imagen corporal desprende serenidad. Aunque el objetivo de la lectura sea dar contenido al tiempo mientras se acerca algún comprador, yo diría que no hay obsesión por las ventas. Si alguien muestra interés por cualquiera de los objetos que expone hasta puede facilitar que se entable una amena conversación. No hay prisa. Este señor está libre de las presiones que pesan sobre otra suerte de vendedores y comerciales. No es fácil identificar los objetos expuestos. Hay una cajita de madera que podría servir para guardar el cambio o las monedas que pueda obtener por alguna venta. Hay otras dos cajitas más con unas letras, ¿SATRAP?, que no me sugieren nada conocido. Las cosas expuestas no están muy ordenadas. La imagen me recuerda a la de algunos niños que también ponen a la venta sus tebeos y algunos juguetes. La infancia y la vejez tienen mucho de común...

    Resumiendo, la imagen resulta gratificantae para el transeúnte.

    Un abrazo, Fernando

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  7. ¡Qué sugerente fotografía y qué texto más acertado! Es la calle. La casa de todo el mundo. La intimidad queda vacía, y a la vista de todos. Es la vida desnuda la que se nos ofrece. Me encanta mirar pasar la vida.

    Un abrazo.

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  8. Vuelves a impactarme, Fernando, con tu forma de ir por la vida, cámara en ristre. Porque no se trata de gigantes, ni de molinos; sino de la sencillez de las cosas que ocurre ahí en medio, en plena calle, a la vista del personal.

    Un señor sentado en un banco público, lee mientras ofrece, se ensimisma en tanto que expone lo que ¿le sobra?

    Es lo mismo.

    Me recuerda, y no sé por qué, mi infancia de lectura de tebeos, de capitán trueno, de roberto alcazar y pedrín, de superman y hazañas bélicas, que, tras leerlos, íbamos a cambiar a Cantarranillas. Imposible que allí alguien estuviera como está este señor. Entonces había que pegar la hebra, conocidos o desconocidos, y mostrar la mercancía, y porfiar en el cambio y buscar y encontrar el cromo que nunca sale y que es el que me falta para terminar esa colección.

    Tal vez este señor también pasó por allá; tal vez no, y sea nuevo en esto de vender al aire libre, y lo que ofrezca no le interese a nadie, ni siquiera a él, que displicente se abstrae con la lectura.

    Pues, nada, Fernando, que tu ojo no puso delante lo que el nuestro no descubrió, porque miramos con prisa y caminamos sin pausa por nuestras calles, y también por la vida…

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Errata: En el útimo párrafo de mi comentario quise decir "tu ojo nos puso delante lo que el nuestro no descubrió

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  11. Imagen donde emana la sencillez.... que importante la sencillez, y el saber esperar, los años no vienen solos, sino tambien con conocimientos de la naturaleza humana.
    Mientras muchos corren com hormigas frene al vendaval, él tranquilamente afronta el chapuzón.
    Aún sabiendo que es uno de los más perjudicados.

    Cariños

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