27 de mayo de 2010

Los recuerdos de la infancia permanecen para siempre

El Teatro Colón de Buenos Aires en obras, veinte días antes de su  reapertura (25.5.2010)

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Coincidiendo con el bicentenario de la independencia de la República Argentina, el Teatro Colón de Buenos Aires ha vuelto a abrir sus puertas tras muchos años de obras, que interrumpieron temporalmente el brillo que ese templo del arte y el buen gusto había proporcionado siempre a la ciudad que baña el Río de la Plata como referencia cultural de gran prestigio en el mundo. Es un edificio espectacular, reflejo de lo que ha sido la historia de ese país y punto de atención obligada para quienes visitan Buenos Aires y contemplan la sorprendente perspectiva de la avenida más ancha del mundo, la 9 de Julio.

Pero no es ese el motivo principal que justifica esta entrada. Sí lo es la noticia que, leída en la prensa de Montevideo, me ha impresionado y, porqué no decirlo también, conmovido. La pronunció José (Pepe) Mujica, el presidente del Uruguay, que figuraba entre los invitados a la reinauguración del edificio remozado. Con la sencillez que le caracteriza sólo se le ocurrió decir “Mi padre era un proleta, pero en cuanto pudo me trajo al Colón”. No era necesario decir más. En esa escueta frase se revela no sólo la sensibilidad de quien la pronuncia, sino un hecho de gran significación: el valor que tienen los recuerdos de la infancia en la personalidad del individuo, en la evocación de lo que ha sido su vida y en la valoración de quienes se los proporcionaron.

Cuántas veces recordaría el viejo guerrillero tupamaro, curtido en mil batallas, huésped forzado de prisiones múltiples, y hoy presidente de su país, aquel dia en que su padre, trabajador con escasísimos recursos, cruzó el Rio de la Plata para llevar a su hijo a que conociera por dentro lo que se cocía en aquel santuario de los poderosos que era el gran teatro bonaerense. Cabe imaginarle deslumbrado por esa entrada majestuosa, por ese recinto de ostentación, por el entorno de lujo en el que se desenvolvían sus visitantes. Otro mundo se abría a su mirada , acostumbrada a escenarios tan distintos de aquél. Qué comentarios haría de nuevo en el barco que le devolvió a Montevideo para reanudar una vida de privaciones, de las que no se desprendería hasta la sesentena de su vida. ¿Con quién lo comentó? ¿Y de qué modo? ¿Cuántas veces abrigó la esperanza de regresar al Colón? Para saber lo que eso reoresenta, baste recordar el significado del gran Teatro de Buenos Aires en toda América y, particularmente, para quienes residían a ambos lados del Rio de la Plata.



José Pepe Mujica, presidente de la República Oriental del Uruguay

Mujica ha regresado a Buenos Aires por la puerta grande. Recibido como se merece, ha entrado en el Colón, con la memoria presente y vívida de la persona que le trajo por primera vez, su padre "proleta". Es posible que se emocionara, porque es de lágrima fácil. Por unos momentos ha vuelto a la infancia, a ese momento feliz que muchos recordamos cuando nos vienen a la memoria experiencias que creíamos olvidadas y que afloran con una nitidez pasmosa, siempre asociadas a quienes nos permitieron tenerlas. Experiencias sempiternas y que nos hacen más entrañables con quienes ya no podemos compartirlas si no es en el recuerdo. Y experiencias además de gran valor sentimental, que la literatura recoge admirablemente en esa frase emblemática con la que Gabriel García Márquez comienza Cien años de soledad, recordando cómo “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. No me digan que no quedaron enganchados a esa novela cuando comenzaron a leer la frase inicial.



10 comentarios:

  1. La sencillez de José Pepe Mujica se pone de manifiesto en su planes de gobierno que comienzan con esta frase:

    "Tengo un proyecto magnífico: sacar la casa de gobierno de la Plaza Independencia y ponerla en algún lugar más ventilado, donde haya una parra para sentarse a tomar mate, y un par de cuzcos en la vuelta, para avisar cuando lleguen los ministros. Desde un lugar así, no hay como errarle a buenas decisiones de gobierno"

    (Extraido de su propio blog)

    El Teatro Colón de Bueos Aires es una asignatura pendiente, entre otras, con ese país

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  2. EL respeto que se le debe a Mújica, por lo menos yo, es máxima. Un tipo cercano y sabiendo lo que la gente necesita, sobre todo en el Uruguay.
    saludos y salud

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  3. Los recuerdos de la infancia dejan una huella indeleble.
    Ayer estuve en el funeral de un primo. Uno de sus hijos es cura, mercedario, y trabaja en Venezuela por lo que en la ceremonia había 25 curas, entre unos y otros.
    Entre lágrimas se me escapó una sonrisa, un recuerdo me asaltó: de niño era un trasto y mi abuela tenía una frase para estos casos: Ai que en tindras pocs de capellans a l'enterro!
    (¡Qué pocos curas vas a tener en tu entierro!)
    Pensaba en cómo se equivocaba la abuela. Si le hubieran dicho que habría más de 20 se hubiera reído muy a gusto.
    Un abrazo.

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  4. Si, amigo, me enganchó la novela de GArcia Marquez. Los recuerdos de la infancia, no se marchan jamás.

    ("las primeras papillas no se digieren", como decia una bisabuela mia).

    Un abrazo.

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  5. Este presidente de Uruguay se ve que es un hombre campechano, pegado a la tierra pero culto si su padre le llevó al mítico teatro Colón en su infancia. Seguro que será un buen líder.
    Me he reido con el comentario de ANTÒNIA.
    Y, sí, esa frase de "Cien Años de Soledad" te engancha sin remedio. Besotes, M.

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  6. Fernando,
    estuve ausente, no por capricho, se me borró el blogroll y me quedé sin ningún link. Voy recuperando a base de comentarios. Pero tu pérfil está oculto y no sabía como llegar a tí.
    Como ves, lo he conseguido ;)
    jeje
    Me pondré al día.
    --------
    Por otro lado me gustaría mandarte un Email para pedirte opinión sobre un tema que a mí se me escapa.
    ¿te importa?
    Mi dirección está en mi blog.
    ;)
    Abrazos y me alegro de tenerte "pillado" de nuevo.

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  7. Ahora sí,
    como siempre tus entradas son una pura reflexión que compartes con nosotros invitándonos a reflexionar contigo.
    Gracias. A mí particularmente me gusta.
    Y sobre el contenido de tu post, te contaré que tengo escritos dos relatos ( esta vez más largos) sobre los recuerdos de mi infancia( la casa de mis abuelos y
    mis primeros veranos en Arenas de San Pedro).
    Imagínate si le doy importancia a este tema.
    Un abrazo

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  8. Garcia Marquez tiene un "no se qué", en su forma de escribir, que te engancha desde el principio. Siempre recuerdo como un acontecimiento especial en mi niñez, el dia que mi padre me llevó al cine, junto con mis hermanos, y vimos una película que nos hizo llorar de la risa: "El mundo está loco, loco, loco". Un beso

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  9. Me recuerdas el dicho....no es oro todo lo que reluce, tengo 67 años y he vivido in situ parte de la historia de mi país.

    Cariños

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  10. Sí, sí que me quedé enganchado a la novela tras leer estas frases. Y es que a mí todo aquello que signifique volver, volver al pasado, me llena de magia.

    Un abrazo.

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