10 de enero de 2009

ZEITUN. No olviden nunca este nombre... y tampoco los demás


Ha ocurrido en Zeitun, en el este de la ciudad de Gaza. 4 de Enero de 2009, a dos días de la fiesta de la Epifanía. Lo describe Juan Miguel Muñoz, desde la ciudad israelí de Ashkelón, como corresponsal de El Pais (Madrid). Otra barbarie más.
Los militares israelíes obligaron a 110 personas, la mitad de ellos niños, a abandonar sus viviendas y les forzaron a refugiarse en un edificio. Un día después lo bombardearon. Al menos 31 personas, según la denuncia de una agencia de Naciones Unidas y de una ONG israelí, murieron, la gran mayoría miembros de la familia Samuni. Durante tres días, a los servicios médicos se les impidió el acceso a la casa. Cuando se les permitió, sólo lo pudieron hacer a pie. Sin ambulancias. Los relatos de testigos oculares y el de Ahmed Ibrahim Samuni, un chaval de 13 años que sobrevivió con heridas en el pecho y una pierna, a la agencia Reuters desde el hospital de Gaza son estremecedores.
"Estábamos durmiendo todos en una habitación cuando los tanques y los aviones bombardearon. Un proyectil impactó en casa. Gracias a Dios nadie fue herido. Salimos y vimos a 15 hombres que descendían de un helicóptero en los tejados de los edificios. Los soldados golpearon a los vecinos y les forzaron a entrar en una casa", contó el niño. Al día siguiente, gran parte de su familia fue masacrada en esa vivienda. Ahmed se encargó de cuidar a tres hermanos durante tres días junto al cadáver de su madre y de 30 inocentes más. "No había agua ni pan, nada que comer", añadió.
Tres días después del ataque, llegó la Media Luna Roja. Varios de los supervivientes, debilitados, no podían caminar. Los montones de arena alzados por los militares israelíes impedían el paso de las ambulancias, por lo que los heridos tuvieron que ser trasladados en carretas tiradas por burros, un medio cada vez más habitual en Gaza".
El Gobierno israelí asegura que investigará. Que nadie lo espere, pues nunca ha ocurrido. Es la cantinela habitual, para salir cínicamente del paso, después de masacres que se repiten desde hace décadas. No se han apagado aún los ecos de la brutal matanza de Deir Yassin el 9 de Abril de 1948, apenas un mes antes de la proclamación de ese Estado, el mismo año en el que 800.000 palestinos fueron expulsados de sus ciudades y pueblos, barbaridad conocida como la Nakba (Catástrofe). Ariel Sharon, a quien más pronto que tarde la historia no dejará de hacer justicia como es debido, ya que mientras estuvo activo se cuidó mucho de viajar a Europa para evitar ser procesado como criminal de guerra, derribó más de 40 casas en el pueblo de Qibya (Cisjordania) en 1953 con sus residentes en el interior; en 1982, el mismo sujeto protegió a los falangistas cristianos que perpetraron la matanza de 1.700 civiles en Sabra y Chatila (Beirut); en 1996, la aviación bombardeó una sede de Naciones Unidas en Qana y mató a 106 personas, la mitad niños; en 2002, el gobierno de ese país llevó a cabo la operación Escudo Defensivo en Cisjordania, que trajo consigo la ruina total de ese territorio; en 2006, los helicópteros dispararon contra civiles desarmados en el pueblo libanés de Marwahin. "De ninguna manera, los civiles son nuestro objetivo", repetían ayer portavoces israelíes. Una historia repleta de muerte, éxodo, destrucción y barbarie. La Historia de Israel.
Una historia de crueldad de la que la literatura ha dado buena cuenta. Brillante es en este sentido la síntesis efectuada por Tamara Rajczyk que en Literatura y Conflicto nos describe de qué modo "la moderna literatura israelí ha abordado en su prosa y en su poesía el tema del conflicto con sus países vecinos. En las más diversas obras aparece el árabe: a veces como vecino amigable, otras como enemigo, pero siempre como un ser presente en la vida del judío que habita Israel".
Y, por supuesto, no podemos dejar de recordar la excelente novela de S.Yizhar (pseudónimo de Yizhar Smilansky), que en 1949, un año después de la independencia de Israel, publicó Hirbet Hiza. Un pueblo árabe. Una obra clave para entender otro episodio más de la historia de la barbarie y el genocidio.

8 comentarios:

  1. Una vergüenza más que añadir a la larga historia de vergüenzas humanas. Lo he leído en el periódico hoy y me he quedado espeluznada. Me han enviado unas terribles fotos de Gazq, que no sé si subir al blog, porque yo misma me horrorizo. Qué escándalo, qué vergüenza, Fernando. Y todos esos que dices, pues ya se sabe, tú mismo lo has dicho. Ni siquiera equidistantes. Está claro.

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  2. Qué horror, es atroz y espeluznante. No tengo palabras... :(

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  3. Es verdaderamente repugnante lo que está sucediendo en Palestina y lo que está sucediendo en las cancillerías de todo el mundo. (Alabo la decisión del presidente Chávez de expulsar al embajador israelí).
    Quiero decir, además, que no debemos confundir al pueblo judío (a los judíos en general) con el gobierno criminal que ha decidido esta masacre por muy involucrados que estén sus fanáticos electores judíos. De acuerdo, pues, con Sami Naïr (El País 10/01/09).
    Pero la razón de mi comentario, Sr. Manero, es que, sin saber exactamente la razón, no me gusta nada que se mencione el holocausto sufrido por el pueblo judío a manos de los nazis relacionándolo con los terribles sucesos actuales. Parece que se quiere decir algo que suena finalmente a justificación. Y eso me parece terrible. Cuando he visto hoy la viñeta de Romeu en "El País", no me ha hecho ninguna gracia.
    Saludos

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  4. hola escritor,poeta y amigo!
    me he quedado pasmada del horror de tus relatos...
    por estos caminos yo veo muy lejos la paz de la que tanto se habla...
    besos.
    silvia cloud

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  5. Los asesinos israelíes son tan cínicos y salvajes que nada se puede esperar de ellos. El artículo de Elorza, cuando leí el primer párrafo, pasé la página. Estos son los plumillas, como muy bien dices, supongo que bien remunerados por los sionistas. Ayer en Informe Semanal, se veía a los israelíes muy bien asentados en sus confortables casas, diciendo cinicamente que sus "niños" estaban MUY asustados por los cohetes, mientras que a los niños de Gaza se les veía MUERTOS. Qué tragedia, por dios. Besotes, M.

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  6. Qué vergüenza, qué ignominia...la sangre manchará pará siempre sus manos y su conciencia, si la tienen.

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  7. Los nazis hoy ondean la estrella de david

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  8. Más que vergüenza impotencia, rabia e ira por no poder hacer nada.
    Y me pregunto, ¿Y qué haría si pudiera?
    Un abrazo.

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