5 de enero de 2010

No es ésta la Cuba que muchos deseamos

Cartel animando a la construcción del terraplén que une la isla con Cayo Guillermo


Unos con mayor rapidez, otros con cierta lentitud y reservas, lo cierto es que, a la postre, cada vez son más numerosos quienes están cayendo, al fin, en la evidencia, y sin paliativos, de que Cuba ha acabado siendo un barco a la deriva, una balsa admirable, aunque resquebrajada y dolorida, que gira ensimismada en un incesante torbellino, del que no sabe salir y que puede acabar engullendo a todo un pueblo y poniendo fin a toda la admiración que en algún momento pudo suscitar el nombre de la que Cristóbal Colón calificó como "la isla más hermosa".

Cuesta aceptar los argumentos que todavía aparecen de cuando en cuando para justificar las características del régimen cubano. Admitamos que la Revolución, que acaba de celebrar su 51 aniversario, ha llegado en algun momento a ofrecer en su balance logros sociales importantes, que la han convertido en un país singular dentro de la América más pobre y más sumida en la desesperanza. La sanidad es uno de ellos, quizá ya el único que sobrevive porque se ha convertido en el emblema al que asirse para seguir manteniendo el orgullo derivado de una experiencia revolucionaria que, si en algún momento ilusionó al mundo, hoy se muestra como una mercancía difícilmente defendible y, menos aún asumible.
En cambio, las referencias de que disponemos ya no hablan de una educación merecedora del reconocimiento que en otro tiempo tuvo, quienes recientemente han paseado por La Habana observan que los cubanos ya no se dirigen al viandante para venderle cosas sino para pedir dinero, es decir, limosna, mientras en lugares de ocio que hace unos años atraian por su calidad y su música, hoy se encuentran dominados por la triste imagen de las "jineteras". La economía está sumida en el abandono y la ruina (Cuba importa el 80% de los alimentos que consume) y, de no ser por las empresas europeas en el sector turístico o por las condiciones ventajosas que Venezuela concede a la importación de petróleo, el país se aproximaría a la bancarrota en muy poco tiempo.

Sin embargo, el problema no reside solo en la incompetencia de una administración para recuperar el pulso de la actividad económica, que de ninguna manera puede atribuirse ya a los efectos del bloqueo norteamericano, pues, salvo Estados Unidos, ningún otro pais del mundo lo practica, sino en la falta de libertad, en la sensación de asfixia que se experimenta cuando la sospecha, la vigilancia, el control o la represión marcan las pautas de la vida cotidiana para quien discrepa de la línea política dominante, hoy en manos de un dirigente incompetente y cerrado en el bunker de sí mismo llamado Raúl Castro. Un bunker sin ventanas que no admite contestaciones ni advertencias.

Nada se mueve en Cuba que vaya acompañado de aires de libertad. No me detendré en las numerosas muestras que así lo ratifican. Pero lo ocurrido recientemente clama al cielo: a Luis Yánez Barnuevo, eurodiputado socialista española, y a su esposa, Carmele Hermosín, parlamentaria del mismo grupo, se les ha vetado la entrada en la isla., a la que se habian desplazado para hacer turismo. Que yo sepa no hay argumentos que respalden oficialmente esta prohibición, absolutamente arbitraria e inconcebible. Habrá que esperarlos, en el caso de que los hubiera, aunque me temo que le será muy difícil al gobierno cubano justificar una decisión así ante la comunidad internacional. Se les acusará de que iban a hablar con la disidencia, y que eso no está permitido, y menos aún a un político en activo. ¿Y qué de malo tiene eso, cuando la oposición existe, porque en una sociedad moderna es políticamente necesaria y nada ni nadie la podrán erradicar?

Seamos sinceros. ¿Es justo criticar a Cuba, que con su Revolución marcó un hito en la historia de los pueblos oprimidos?. Naturalmente, es justo e inevitable. ¿Quién puede estar ajeno al ejercicio saludable de la crítica, que ayuda a descubrir los errores, a poner en evidencia las contradicciones y a mejorar la evolución de los procesos históricos?. Que nadie me venga con el argumento de que criticar al régimen cubano es reaccionario, porque no lo es. Cuando un país reprime la critica interna y sanciona la que le pudiera llegar de fuera, no es un país celoso de su soberanía, sino un país dominado por el miedo. Por el miedo a la libertad. La antesala de su derrumbe.

10 comentarios:

  1. No, la crítica no es reaccionaria, eso es un residuo del estalinismo más rancio. La crítitica honesta que pone en evidencia las contradiciones es revolucionaria, es decir, transformadora si los criticados no se atrincheran.

    Mucho me temo que el futuro de la revolución cubana es más negro que la realidad de la rusia actual. O aprenden los cubanos que la democracia es una herramienta vivificadora y, también, revolucionaria, un bien siempre necesario e irrenuncible, uno derecho, o se avecinan tiempos negros, peores de los que vivieron al final de la dictadura.

    Un abrazo.

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  2. Fernando, lo has clavado. Estuve en Cuba hace dos años, y aunque merece un análisis extenso es díficil leer textos tan acertados como los tuyos. Cuando alguien habla de cuba o sólo ve sus virtudes o sólo ves sus defectos.
    Me suscribo a tu análisis.
    Un abrazo,
    borja

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  3. Un pais, en el que los ciudadanos no son libres, que tienen miedo, e incluso ahora, pasan penurias, es una dictadura, y a mi, las dictaduras, no me gustan nada. Muy buena tu entrada. Un beso

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  4. No conozco Cuba y las únicas referencias que tengo de la vida allí es mi cuñado Luis, que es cubano. Él es un hombre equilibrado, tranquilo, que ha terminado viviendo aquí y trabajando aquí. Nunca le he preguntado por qué, pero creo que sus motivos eran económicos. De la situación política no habla nunca. Su padre era del "régimen" totalmente. Lo único que dice es que la vida allí es muy precaria, pero que son felices; claro que su familia es de un pueblo del sur, no de La Habana. Yo, así, sin saber mucho, creo que estoy de acuerdo contigo, que aquella situación se está volviendo insostenible, pero que no lo tienen fácil. Tienen la bota norteamericana encima en cuanto se descuiden y esa vecindad no es muy halagüeña. Seguir así tampoco es posible por mucho tiempo, me imagino. No le veo una buena solución a este conflicto, y desde luego es completamente inaceptable esa falta de libertad. Lo del diputado español no tiene nombre, pero es una más en el proceso de putrefacción del régimen.

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  5. Reciban tus palabras mi afecto.

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  6. Perfecto tu analisis Fernando. Poco más se puede añadir.

    Un abrazo.

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  7. Alucinarías Fernando con lo que me cuenta una amiga cubana de las penas que allí se pasan... Teniendo como tienen, el as del turismo en la manga.
    A mí a veces me cuesta creerlo.
    Un abrazo

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  8. Mi sentir hacia Cuba ha ido cambiando a lo largo de los tiempos.

    Este sentir ha pasado desde la admiración a los guerrilleros por haber sido capaces de cargarse a una de las dictaduras mas duras de America Latina -la de Batista, a pesar de la ayuda que recibía de EEUU-, a la decepción por no ser capaces de gobernar democráticamente, no han aprendido nada y mientras los cubanos aguantando espartanamente ( estos si que son estoicos, y que me perdonen los que así se consideren), bloqueos internacionales y las pláticas del Sr. Fidel

    ¡AY señor! donde habrá quedado aquello de " yo también, yo también yo también soy miliciano o aquella otra de.. traigo de Cuba un cantar hecha de caña..." pobre Carlos Puebla

    Totalmente de acuerdo contigo, enamorada del pueblo cubano, no así de sus dirigentes que hacen sufrir al pueblo por ideas irrespirables.

    Un abrazo

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  9. Muy buena entrada. Muy acertado diagnóstico de este régimen cubano que parece que está herido y si no lo remedia alguien, acabará mal. Pero lo que es indiscutible es que si falta libertad, algo muy importante, algo básico falla.

    Un abrazo.

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  10. Visité este país en el 2004 y las pocas ilusiones que me quedaban sobre la Revolución se me cayeron a los pies. No quiero ocultar mi tremenda decepción. No hay excusa alguna ni bloqueo a quien atribuir culpas... el régimen cubano es una dictadura de la peor especie. Y bien que lo lamento. Y García Márquez, sin enterarse...

    Un abrazo, Fernando

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