18 de abril de 2008

Se nos ha ido "el negro fundamental"

Aimé Césaire (1913-2007)

Con este apelativo le habrá de conocer mucha gente a lo largo de su vida desde que André Breton se lo pusiera a finales de los años treinta al descubrir su brillante vena poética. Vislumbraba bien el escritor francés lo mucho que iba a dar de sí aquel espigado poeta, nacido en la isla caribeña de La Martinica, y que no tardando mucho se convertiría en uno de los principales difusores y defensores de la creación literaria desarrollada por escritores negros, comprometidos con la defensa de su pueblo y de su cultura, asentada en raíces africanas, a las que siempre se mantuvo fiel. Pero eso lo he sabido después.
Mis recuerdos del nombre de Aimé Césaire como luchador anticolonial se remontan a la época en que me dio por seguir con atención la bibliografía sobre la independencia de los países africanos, en la que eran muy frecuentes las alusiones a la figura de Léopold Sédar Senghor, líder de la independencia de Senegal y padre fundador de la teoría de la “negritud”, una responsabilidad que siempre le ha ligado a Césaire, desde que ambos se conocieran, como nos ha recordado Franz Fanon, en 1931. Sin duda el caribeño, siempre con la mirada puesta en Africa - a la que dedicaría su famoso "Cahier d'un retour au pays natal"-, aprendió mucho del astuto político senegalés, pero de lo que no cabe duda es de que los mismos valores que le atribuía, fueron plasmados durante su larga y fecunda vida como excelente portavoz de la “poesía negra” - la poesía de las imágenes, la melodía y el ritmo - y como político progresista a través del dilatado mandato que durante más de medio siglo desempeñó como alcalde de Fort-de- France, la capital martiniquesa.
Poco se ha sabido en España y en Europa de la figura de Aimé Cesaire, fallecido a los 94 años, tras una vida que ha merecido ser vivida. Pero cuando se echa un vistazo a la historia de la política francesa de los últimos años, las referencias a Césaire están omnipresentes en la palabra y en los debates planteados en el país vecino, donde el respeto suscitado ha sido prácticamente unánime. En varias ocasiones, Segoléne Royal identificó lo que debiera ser la dignidad de la política con su nombre. Nicolas Sarkozy pretendió ignorarlo en vida, pero no ha podido, al enterarse de su muerte, dejar de aludir a la grandeza de su trayectoria y de su obra, abriendo incluso la posibilidad de que sea enterrado en el Panteón, ese imponente mausoleo donde reposan los grandes de Francia y que sobrecoge cuando se asciende por la rue Soufflot de Paris.

2 comentarios:

  1. Desde Cuba quiero agradecerle este bellisimo articulo sobre Aimé Cesaire, que en las tierras del Caribe es más que una institución, es un simbolo y una imagen que nos identifica desde su islita de habla francesa. Animo a usted a que siga descubriendo lo mucho de bello que tenemos y que no conocen en Europa

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  2. Precioso relato sobre la figura de Césaire, a quien tambien admiradmos mucho desdela República Dominicana. En mi pueblo tenemos una escuela dedicada a ese luchador por la causa de los negros explotados del mundo. Le honra a usted haber mencionado a ese héroe en su blog, porque creo que no hay muchos europeos que lo hacen

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