Confieso que siento admiración por la figura del obelisco, esa espléndida expresión de la arquitectura ornamental que forma parte inseparable de la cultura egipcia y que constituye el símbolo más representativo del poder y la unidad de un pueblo. Con esta pretensión lo diseñaron los egipcios y con la misma finalidad cobra esa profusión en el mundo como manifestación emblemática de la historia que se desea enaltecer. Lo vemos espectacularmente en Roma, donde no hay plaza histórica relevante que no cuente con un testimonio de los obeliscos de esbelta silueta, e incluso nada sorprende que la Vía de la Conziliazione que conduce al Vaticano esté jalonada por una serie espectacular de piezas que reproducen este diseño hasta confluir en el imponente obelisco que, con sus inscripciones de origen tapadas o borradas, preside el centro mismo de la Piazza de San Pietro. La figura del obelisco se ha reproducido también en el Nuevo Mundo y, que yo sepa, es perceptible en el National Mall de Washington, en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires, cerca del Boulevard Artigas en Montevideo, en la Plaza Altamira de Caracas o en el Paseo del Prado de La Paz , pero seguro que se yergue en muchos lugares más. Siempre en el centro o próximo al centro, allí donde más puede sobresalir.
Y lo vemos, destacado y solemne, en
Todo el mundo sabe que el obelisco que preside esa Plaza es el que falta en la entrada del Templo de Luxor, donde su ausencia resulta más que ostensible. En 1830 el rey Mohamed Ali ofreció a Francia, como obsequio y con el fin de congraciarse con sus ciudadanos, los dos obeliscos que enmarcan el acceso al templo, pero sólo uno de ellos efectuó el viaje que duró más de dos años y medio en un ejemplo de alarde técnico realmente impresionante. Hay quien, ignorando las fechas, señala que fue un regalo a los franceses por su ayuda en el traslado del templo de Abu Simbel, cuando bien es sabido que el proyecto del lago Nasser data de 1956 y las obras de recuperación fueron programadas y organizadas por la UNESCO a partir de ese momento.
En la primavera de este año he visitado Egipto y, entre otros deleites, he conocido y recorrido con detalle el templo de Luxor, ubicado en la ribera oriental del Nilo. He apreciado la asimetría de la portada y echado de menos la armonía y el equilibrio estéticos que sus artífices pretendieron darle cuando lo construyeron hacia 1500 a.C.. Aunque es evidente que esa sensación de vacío quedará para siempre, logré neutralizarla en parte cuando Maria Antonia y yo encontramos en un anticuario de El Cairo un grabado auténtico, fechado a comienzos del siglo XIX, donde figuran los dos obeliscos que entonces delimitaban el acceso al templo de Luxor. Quien no se conforma es porque no quiere, y en nuestro caso la visión del grabado nos devuelve la autenticidad del escenario original.
Visiones parecidas sobre el extraordinario legado artístico de Egipto permite sin duda a quien lo desee la magnífica colección que cuidadosamente ha conseguido agrupar el atento propietario de la galería de arte y libros antiguos situada en la Avenida Qasr el-Nil de El Cairo, donde lo adquirimos. Está a un paso del Museo de Antigüedades Egípcias y casi al frente de la famosa cafetería Groppi`s, de cuidada estética art déco, y además un espacio muy grato para tomar un té en el lugar que se enorgullece de haber sido en otro tiempo el suministrador de tan preciada planta a la Casa Real británica. Si viajan a El Cairo, no se pierdan este paseo. Ningún paquete turístico lo incluye, aunque la seguridad esté garantizada y el contacto directo con la calle no tenga desperdicio.
Pues gracias por la lección de historia y por permitirnos ver también el grabado, que supongo tendrás en un lugar privilegiado de tu hogar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Interesantes fotos de los obeliscos.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por compartir esas imágenes zonas que no conozco...
ResponderEliminarsaludos un abrazo
Sencillamente...he disfrutado leyendo este post. Me ha gustado tanto que lo he leido dos veces.
ResponderEliminarA mi tambien me fascina el Obelisco, las piramides y, en general, el antiguo Egipto.
Linda entrada.
Un abrazo.
¡Magnífica lección de historia! En Ibiza, tenemos el único obelisco en el mundo dedicado a los corsarios. Está delante de la Estación Maritima. Estoy segura que lo conoces. Besotes, M.
ResponderEliminarPrecioso el grabado, preciosas las fotos... El año que viene me toca llevar al pequeño Marcelo a Egipto, porque se lo prometí para su entrada al instituto. Tendremos que cumplir nuestra promesa, si la situación lo permite. Si leyera tu entrada, Marcelo te añadiría historias sobre obeliscos y te preguntaría cosas. Luego le digo que mire, que le encantará.
ResponderEliminarPor otra parte, siempre que veo un obelisco, y no soy especialmente inclinada a estas cosas, pienso en Freud. Tanto obelisco, no sé yo.
Hola Fernando, qué recuerdos me has transmitido!! estuve a principios de año en egipto, visité el templo de luxor, entre otros, me explicaron la historia del obelisco y quedé impresionada, aún no he visto el de parís, ojalá vaya algún día. También pasamos un dia libre en el cairo visitando sus calles, sus tiendas, no las típicas o turísticas sino las auténticas. En definitiva fue un viaje inolvidable, especial, era mi sueño y lo disfruté muchísimo. Me ha encantado tu post y lo que más la imagen de los dos obeliscos, yo no la encontré.
ResponderEliminarUn abrazo
Vaya lección de historia nos has dado, que bueno
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog
Un abrazo
Mi querido amigo viajero: Que alegría que puedas visitar sitios tan bonitos llenos de belleza, historia y nos cuentes tus impresiones.
ResponderEliminarSeguramente nunca viajare e esos lugares. ¡Que le vamos hacer...!
Los que tenéis la suerte de visitarlos para luego contarlo, con eso ya me siento una privilegiada.
Digo: Yo también lo he visitado.
Gracias por este maravilloso viaje.
Un besico.
Gracias por tu lección, y por mostrarnos el grabado.
ResponderEliminarEs la ilusión de mi vida, poder ir a egipto y la próxima Semana Santa queremos ir, si todo va bien.
Es todo un placer que te pases por mi Barco Pirata.
Un abrazo.
Me llama la atención que un símbolo de la civilización egipcia, y por tanto pagano, sea uno de los principales ornamentos de la Plaza de San Pedro, cuna del cristianismo.
ResponderEliminarEs que no hay quien los entienda...
No olvides Fernando los que hacían los romanos también eran interesantes ...Excelente clase de arte la de hoy.Gracias por recordarme mis años cuando estudiaba historia del arte. El arte de Egipto me ha costado mis horas y el arte de Mesopotamía tampoco me gustaba... si llega ser ahora, seguro que pondría más interés y lo vería con otros ojos.Como siempre tus entradas muy ilustrativas.Un abrazo Angela
ResponderEliminarSiempre es un placer "aprender" un poco de historia en tus post.
ResponderEliminarUn beso
Que placer recorrer tus lineas y adquirir conocimientos no pensados.
ResponderEliminarEs un lugar de viaje que quedara en el timtero de m vida...pero no dejo de leer al respecto
No se porque ejerce sobre mi una siuave fascinación, pero los medios economicos no permiten llegar hasta allá.
En cuanto a la vegacion del patrimonio en dadivas de seres innombrables, por acá tenemos tristes recuerdos.
Gracias por comparir y el grabado es sin igual.
Cariños
Buen rescate a tiempo pasado. Es bueno saber cómo fueron las cosas que ya no son.
ResponderEliminarSaludos cordiales
hola poeta y escritor!un 10 en historia...
ResponderEliminaragradezco las imagenes que acompañan tan brillante texto...
eres un lujo...
gracias
besos .
silvia cloud
Pues cuadno me decida a ir a Egipto, ya lo habrán donado a China me imagino... muy buena la lección histórica..
ResponderEliminarsoy una amante de la cultura egipcia, y ¡Cuanta razón tienes!, pero ahora que no me lee nadie, gracias esos "repartos" la gente que no ha viajado a Egipto puede contemplar algunas de sus maravillas ( no sabría describir lo que sentí cuando entré en la sala de las momias del museo británico.
ResponderEliminarEspero que no me odies a partir de ahora.
¡Qué suerte tienes de haber estado allí!.
Un abrazo