7 de octubre de 2008

Por un trabajo decente: una reivindicación necesaria

Casi desapercibido, como un tema secundario ante la avalancha de noticias financieras alarmantes que se suceden dia tras día, como si de algo incómodo se tratase: así se está considerando la cuestión del trabajo en el caótico panorama financiero al que nos enfrentamos en un mundo que hace diez años se las prometía tan felices. En estos términos de infravaloración de la actividad laboral se ha expresado Bernard Thibault, secretario general de la CGT francesa con motivo de la celebración, por primera vez en la historia, de la Jornada Mundial por un Trabajo Decente. "Sólo se habla de bancos y no de las consecuencias económicas y sociales de esta crisis", ha dicho durante la manifestación que ha tenido lugar en París. Ha puesto la nota disonante en un discurso que ya comienza a resultar tedioso y que está llevando a la interpretación de un problema en términos estrictos de mala gestión financiera y de ciclos económicos inevitables, sin que las responsabilidades queden claras ni los responsables asuman la cuota de descrédito y de penalización que merecen. De rositas se están yendo ante el estupor de quienes durante años les han visto enriquecerse de forma escandalosa y hoy contemplan el horizonte con desesperanza e impotencia.

Mientras tanto, los efectos sociales tienden a agravarse en medio de un clima de resignación, asumiendo, mediante dinero público, los costos de una catástrofe financiera, que amenaza con la desestabilización del sistema productivo y con el consecuente agravamiento de sus impactos más dramáticos: el desempleo y la descapitalización de las pequeñas y medianas empresas. Un fantasma de inquietud y desazón invade el panorama mundial y revela hasta qué punto el edificio montado en la etapa de bonanza en la que creiamos estar instalados se ha resquebrajado por la fragilidad de sus cimientos y la permisividad adoptada por quienes tenían la obligación de supervisar su solidez. ¿Ignorancia deliberada o ineptitud reconocida?.

En medio de este clima de desasosiego y de incertidumbre, reclamar el derecho a un trabajo digno se antoja para algunos una impertinencia, como algún comentarista de medio pelo se ha encargado de afirmar en la prensa española, más proclive a defender apuntalamientos generosos a la espera de que el tiempo y la generosidad de quienes se benefician de ellos provean. ¿Cabe justificar en este contexto la renuncia a un principio básico, como es el de la dignidad que representa un Trabajo Decente, que se entiende indisociable de la propia dignidad humana? ¿hasta cuándo esperar para que esta demanda sea tan justificada como atendible?.

Desde el momento en que se renuncie a enarbolar estos principios, el mundo habrá retrocedido a tiempos que todos creíamos superados. Mas la verdad es que todavía queda mucho camino por recorrer. Es la primera vez que se celebra una Jornada con este fin y los niveles de participación han sido todavía limitados, aunque ello no resta relevancia a las concentraciones habidas en las grandes ciudades europeas y españolas. Es un primer paso que seguramente alcanzará niveles de respuesta mas significativos en convocatorias posteriores. Pues, de lo contrario, ¿qué nos queda?: ¿desarrollo de la conciencia colectiva o el simple sálvese quien pueda?. That`s the question.

6 comentarios:

  1. No me había enterado de esta concentración en Paris. Así estamos, desinformados a tope. Y, claro que los poderosos nos quieren hacer retroceder a la época esclavista (estarían encantados) y ¡NADIE reacciona! Es el "sálvese quien pueda" me parece... Besotes, M.

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  2. No soplan buenos tiempos para la conciencia social. Eso ya lo habrás podido comprobar, al menos por estos pagos nuestros.
    Tendría que ocurrir algo muy gordo para que se fuera recuperando. Pero soy pesimista a corto y medio plazo.
    Así estamos dejando todo. Si no damos un golpe de timón, todos, me temo que aún habrá que atravesar otros desiertos.
    Saludos cordiales

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  3. Vi la concentración en las noticias de la TV. Esta crisis financiera ya está afectando a los más débiles. Tengo una compañera y amiga que no ha podido cobrar el salario de septiembre. La pequeña empresa constructora en la que trabaja car en picado.
    Esta jornada por un Trabajo Decente hace mucho que debería celebrarse. Poco a pco y ya hace unos años se han ido socavando los logros del colectivo trabajador que tantos sufrimientos costó a principios del siglo pasado. ´
    Lo de la jornada de 65 horas es inadmisible.
    Un abrazo

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  4. Lo más irónico sigue siendo que el ciudadano de a pie le paga los platos rotos al jefazo capitalista...
    Habrá que manifestarse por eso.
    Saludos.

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  5. Tengo un amigo argentino, que hace tiempo que vive en España, y el otro dia hablando con el, me comentaba que a mayor escala ahora, pero así exactamente así comenzó la crisis en argentina, por mucho que nos aseguren que no pasa nada... que todo va bien, no es cierto, no puede serlo, estamos abocados a una crisis internacional, por el mal hacer de nuestros gobiernos, solo espero equivocarme y que la cosa no vaya a mayores. Un saludo

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  6. Pues de rositas se irán y el pato lo pagará el pueblo, que para eso está. Al tiempo. Un saludo

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