2 de octubre de 2008

¿Falta de previsión o tendencias incorregibles?

Cunden el escepticismo y la indignación entre los que ocupan parte de su tiempo en analizar la economía mundial y el alcance de las tensiones que la afectan. Es un tema de gran actualidad, que suscita lógica preocupación entre quienes asisten, impotentes, al desencadenamiento de una crisis, de cuya salida todos coinciden en afirmar que será tardía y muy costosa. La casualidad me ha llevado a asistir y participar en un interesante e improvisado debate que ha tenido lugar esta semana en Valparaíso (Chile), donde un grupo de colegas universitarios chilenos han creído oportuno dar rienda suelta a sus ideas sobre la crisis financiera que ha estallado brutalmente a comienzos de este año y que amenaza con poner en situación muy crítica a tirios y troyanos. He de reconocer que, aunque el ambiente estaba tenso, el nivel de la discusion era elevado y muy lejos de las soflamas que, con sentidos contradictorios, acostumbran a aflorar cuando se trata de hechos que tocan muy de cerca la ideologia y los intereses de la concurrencia.

Haciendo una síntesis de lo que allí se comentó, dos son las ideas centrales que, más allá de la interpretación de las causas, ayudan a valorar lo que está pasando y lo que puede pasar. No son ideas cerradas, sino grandes interrogantes que someto a su consideración

Primera idea: ¿cómo es posible que los potentes instrumentos de previsión que existen en Estados Unidos no hayan sido capaces de detectar este problema, la magnitud del riesgo y sus consecuencias?; ¿en qué ha quedado el papelón asignado al Center for Strategic and Internacional Studies, financiado por la Fundación Bill Gates, cuyo ampuloso objetivo consiste en “mejorar la seguridad y velar por la prosperidad en una época de transformación política, ofreciendo a los dirigentes análisis estratégicos y soluciones prácticas con el fin de que puedan predecir el futuro y anticipar los cambios?; ¿cómo se puede seguir defendiendo la ejecutoria de Alan Greespan, presidente de la Reserva Federal estadounidense, ya que durante su gestión se han fraguado los pilares de tamaña catástrofe financiera?; ¿hasta qué punto el Banco Central Europeo no ha ejercido la labor de vigilancia debida y advertido de los riesgos que se corrían como resultado de prácticas especulativas hace mucho tiempo detectadas y denunciadas con fuerza por parte de los economistas serios que todavia quedan?

Segunda idea: A la vista de los hechos, no ha lugar para confiar en que la lección vaya a ser aprendida. En toda esta ceremonia no se ha visto, por parte de sus responsables, ningún síntoma de arrepentimiento, la más mínima autocrítica, voluntad alguna de enmienda. Tampoco se tiene noticia de posibles penalizaciones jurídicas, que sancionen practicas tan demoledoras para la sociedad. Enriquecidos sin pudor, y ausentes sus nombres del concierto mediatico, esperan agazapados a que el temporal amaine para seguramente volver a las andadas. Se dice que no todo será igual, pero nadie deja claro ni a partir de cuándo y de qué modo. Pues aquí está el verdadero problema. Conseguida la aprobación por el Senado estadounidense, y posiblemente también por el Congreso, del Plan de Salvataje, como se le llama en Latinoamérica, las incógnitas se acumulan: ¿quiénes y cómo van a aplicar los mecanismos correctores que eviten las prácticas hoy puestas en evidenciay que se han mostrado letales para el sistema ?; ¿de qué manera se van a controlar las retribuciones de los directivos, medida de la que tanto se presume?; ¿con qué grado de disciplina se piensa intervenir para que la especulación salvaje no surja de nuevo con bríos renovados?; ¿mediante qué instrumentos, alejados de visiones a corto plazo y de rentabilidades escandalosas, el sistema va a primar la economía productiva y la innovación generadoras de riqueza y de empleo como alternativa consistente al que ha yace tiempo fue definido como “el capitalismo del desperdicio”?.

Dejemonos de pamplinas, evitemos eufemismos, hablemos claro y que cada cual ocupe en el escenario el papel que le corresponde.

Imagen: Portada de uno de los carteles alusivos a la situacion, expuestos en la Universidad de Chile, en Santiago.

10 comentarios:

  1. Tal vez sean los años, pero te queda el sabor de que hay algo más, que siempre estan adelantados y que nosostros implemente damos manotazos tratando de acercarnos.

    Cariños, cmo siempre es un placer leerte.

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  2. No soy una entendida en economía, pero me huele muy mal, el enriquecimiento desproporcionado de muchos especuladores (sobre todo de la construcción), han contribuido para que esta crisis sea tan letal como parece, las guerras que inician siempre EEUU y que nos salpican a todos, es otra de las causas (creo). La falta de previsión ante lo que se avecinaba, supongo que es por una mala gestión económica de los gobiernos. En resumen, siempre pagaremos los mismos.

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  3. Olvidé mandarte un beso, desearte que te vaya muy bien por esas tierras, y agradecerte tus comentarios, que siempre enriquecen mis post.

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  4. Comparto tu análisis con la tristeza de que los errores no servirán de aprendidaje y serán pagados por los que más necesitan de recursos económicos.
    Un fuerte abrazo,
    Diego

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  5. Son muchas preguntas, la verdad, y en tiempos de pánico como los que se avecinan pintan de difícil solución. Después del 11-S y su posterior comisión de investigación, la seguridad interna en EE.UU. ha mejorado, lo que demostró que hasta ese fatídico día, las cosas no se hacían debidamente. Confío que cuando amaine el temporal, sea EE.UU. quien estudie qué ha pasado y busque soluciones (no me atrevo a decir responsables) como hizo antaño con el otro tema que comentaba. Europa, opino, deberá esperar a que la solución venga del otro lado del Atlántico.

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  6. Te he leído con gusto aunque lo que narras es terrible. Piensas para ti mismo: ¡qué he hecho yo para merecer esto!
    Seguramente somos muchísimos los que tenemos cuidado, así simplemente cuidado; cuidado con no gastar agua innecesariamente, con ceder al de la derecha, con no usar el coche si no hace falta, con no sólo no manchar sino quitar mierdas del pinar, con ser amable con el vecino; en mi caso, como cristiano, el ver en el otro "un hijo de Dios" en quien creo.
    Siempre hay, y por desgracia seguirá habiendo, (¡qué tragedia!) algún hijo de mala madre que fastidie todo.
    No es fatalismo, tampoco prividencialismo.
    Tengo, a pesar de todo, fe en nuestra humanidad.
    Sigue contándonos cosas. Un abrazo.

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  7. Existe mucho mentiroso y mucho cobarde, está claro que no saldrán los responsables a pedir perdón eso sería admitir que los altos cargos, son también personas, que violan considerablemente las normas en nuestros propios ojos, por lo tanto a más de uno les costaría el puesto o la reputación, pero claro como tu expones en tantas preguntas que son las que necesitamos saber para aclararnos un poco; ¿Como es posible que haya podido suceder en manos de expertos?, bueno de los mejores expertos (o eso pensábamos) para analizar y evitar catástrofes de este tipo. Nadie pondrá las cosas claras, pasará lo que siempre, dirán palabras vacías y nos quedaremos esperando a ver que pasa. Nos queda nuestro instinto y supervisión, que como bien tu dices en tu comentario de mis post, del día a día, el único camino para no tener que levantar la cabeza por culpa de la crisis que han generado, no que se ha generado, ya que esto es producto de una malísima gestión que creíamos cubierta con los mejores. Un abrazo y un post para reflexionar mucho, mucho, didi.

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  8. A mi hay algo que me suena a orgullo. Buena parte de los políticos estadounidenses se posicionaron en contra de medidas de parte del estado para paliar la crisis. Es decir, en contra de la intervención.
    Son los neoliberales, los antiintervencionistas, que por orgullosos, son incapaces de reconocer que el mercado no fluye armónicamente de manera solitaria, que de vez en cuando hay que meter la mano y corregirlo un poquito.
    Eso sí, antes de reconocer que se han equivocado, preferirán que se hunda la economía mundial.
    Saludos.

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  9. Estamos liderados por ignorantes incompetentes y así nos va... y ¿disculparse los responsables? Su soberbia y malsano orgullo no se lo permiten, no. A nosotros, los corderitos, nos toca aguantar y sufrir las consecuencias. Besotes, M.

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  10. Los responsables de esta crisis financiera seguirán viviendo como rajás. Mientras otros pagan los platos rotos. Hace 3 días, una compañera me dijo que en su empresa sólo queda ella y otro más y que, de momento no han podido cobrar el salario del mes de septiembre.
    Un abrazo.

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