La Ley Electoral en España data de 1985. Veintitrés años han transcurrido desde que por Ley
quedó regulada la dedicación de los enfáticamente denominados “representantes de la voluntad popular”, a fin de que respondieran con la entrega que se les supone a la noble causa de defender los intereses de los ciudadanos en el marco del juego político propio de la democracia. Durante este tiempo nos han convencido de que
sus retribuciones debían estar a la altura de su responsabilidad, de que no había que escatimar sus ingresos oficiales como diputados, lo que justificaría el abono por su labor de cantidades respetables, destinadas a evitar tentaciones que les distrajeran de su elevada tarea, a realizar en régimen de dedicación exclusiva. Así lo señala inequívocamente el Art. 157 de la citada Ley, por el cual ”e
l mandato de los diputados y senadores será incompatible con el desempeño, por sí o mediante sustitución, de cualquier otro puesto, profesión o actividad, públicos o privados, por cuenta propia o ajena, retribuidos mediante sueldo, salario, arancel, honorario o cualquier otra forma”.
Los diputados aprobaron en su día una Ley, cuyo cumplimiento aparece de pronto puesto en entredicho. Al parecer, sólo el 12,8% de los 350 diputados españoles se dedican en exclusividad a la labor para la que han sido elegidos. Impresionante. Los demás complementan, comparten, compatibilizan a su manera o ejercen otras tareas varias que les deparan lucrativos sobresueldos a la par que les entretienen y promocionan en esa feria de vanidades y lucimientos a que les abre su condición de electos populares, situándose ostentosamente “au dessus de la mêlée”, es decir, por encima del común de los que no pueden, quisieran o no, disfrutar de las mismas posibilidades de engrosar su peculio personal y familiar.
Me resisto a calificar el hecho porque su apelativo se descubre por sí solo. Y tampoco hay que devanarse demasiado el magín para interpretar lo que significa el que haya sido el propio Congreso el que se haya visto obligado a solicitar a 67 de sus miembros - casi el 20 % de los que lo integran - la aclaración de sus ingresos, por la sencilla razón de que no están claros, naturalmente. Éstos son los que más llaman la atención y provocan la sospecha, razón por la que se les llama a capítulo. Respecto a los demás compatibilizadores de sueldos y emolumentos extraparlamentarios, poco hay que decir: cada uno hace sus declaraciones como le peta y sus datos quedan sumidos en el arcano del Archivo de la Cámara. El Congreso carece de capacidad para investigar si los datos declarados son veraces o mendaces. Simplemente se confía y a otra cosa mariposa.
En estos tiempos de crisis, de turbulencias y zozobras económicas, cuando la gente se las ve y se las desea para aguantar el temporal….. y con una ley en vigor desde hace casi un cuarto de siglo que deja las cosas claras y que todas sus señorías conocen ¿cómo entender que muchos de los que aprueban las Leyes no asuman que éstas deben cumplirse, aunque les afecten?; ¿cómo interpretar la permisividad de las Presidencias y de las Mesas que se han sucedido a lo largo de este tiempo y que han terminado sus mandatos en loores sin cuento?; ¿cómo justificar que la ética de los comportamientos acabe entrando en contradicción con la ética de las responsabilidades? . ¿Qué crédito merecen quienes así actúan?. Preguntas sin respuesta. Lamentos en el aire.
Buenos dias, me temo Fernando que estos personajes hacen las leyes para el pueblo, pero ellos deben creer que están por encima del pueblo y que esa clase de cosas no va con ellos, luego salen diciéndote que no hay crisis, que la cosa va bien etc, para ellos si, sin duda entre lo que cobran y sus honorarios extra claro que ellos no notan la crisis. Pero las leyes solo están hechas para nosotros, los ciudadanos de a pie, ellos son Dioses autoencumbrados, lastima que todos tienen los pies de barro y mucho amor..... a la poltrona del poder.
ResponderEliminar“au dessus de la mêlée” suena divino. También conozco alguno que honra la profesión, que todo hay que decirlo. Pero conozco a tan poco que no es significativo mi criterio.
ResponderEliminarTú sigue, que vas bien.
Saludos cordiales.
Por cierto, qué cosa, el código de palabra que me pide es hering, como una persona para mí muy querido y al final de la vida muy vilipendiado por quienes tenían que haberle ensalzado. Se llamaba Bernard Hering o tal vez Hoering o Höring. Un teólogo moralista de talla inmensa.
Querido Fernando: es importantísimo el descrédito que estas cuestiones provocan. Los comités de disciplina de los partidos, como casi siempre, de adorno...
ResponderEliminarAbrazos,
Diego
Vivimos en un mundo muy corrupto. Besotes, M.
ResponderEliminarHOLA!EN TODOS LADOS SE PARTECEN LOS HECHOS..
ResponderEliminarAQUI EN MI PAIS,ES IGUAL..LOS SENADORES Y DIPUTADOS:ELEGIDOS PARA DICTAR LEYES..ES LO QUE MENOS A HACEN..LA CORRUPCION A LLEGADO A TODOS LOS NIVELES..Y EL PUEBLO NO PUEDE HACER NADA...
CRIÑOS.
SILVIA CLOUD
El "ancho del embudo" siempre para ellos. Así nos va a los demás, cada vez con el cinturón más apretado y ellos ni siquiera notan que lo llevan.
ResponderEliminarMe encanta el post Fernando
Un abrazo
Al principio son muy del pueblo, muy del ciudadano de pie, pero cuando comienzan a subir de peldaño se olvidan fácilmente del motivo y del porqué se metieron en la política, las nóminas altas y los grandes honorarios (=favores), hacen de estas supuestas bellísimas personas, volcadas en las necesidades de las personas más necesitadas, tremendos sinvergüenzas egoístas que lo único que pretenden es aprovecharse del que no sabe, ni entiende, ni tiene forma de defenderse o de protestar por sus intereses, porque, incluso, a veces los desconoce. También quiero pensar que los hay honestos-as y buenas personas, porque es necesario creer en los cuentos para no quemarte demasiado. Un abrazo Fernado, didi.
ResponderEliminarY lo primerito que hacen cuando se cambia de gobierno: subirse el sueldo.
ResponderEliminarDan vergüenza y asco por partes iguales.
Un saludo.
Hoy, en El País, decian que Acebes iba a abrir un bufete de abogados, el pobre ahora solo gana 60.000 euros al año, como cualquier diputado raso. En la Sexta Carod Rovira decía que tenía una hipoteca mucho más alta de 1.000..calcula, pero ¿no ten dan pena?
ResponderEliminarApadrina un político...
Saludos y salud
Sería deseable que apareciesen los nombres de los que incumplen y de los que cumplen, por dos razones:
ResponderEliminar1 sabríamos en quien confiar
2 la duda generalizada, consecuen-cia de la falta de identificación de los corruptos, retrae a los honestos de desempeñar estas tareas por miedo a verse "metidos en el mismo saco" y deja el camino expedito a los que utilizan una tarea noble, el servicio a la comunidad, para su medro personal.
Un abrazo
Me gustaría conocer uno a uno,al casi 13% que cumple con su obligación para comprobar si son personas de una honestidad más que demostrada o simplemente cumplen por "no valer para otra cosa", ya que hay diputados y senadores que han convertido su carrera política en una especie de milagro o bien en un premio a la ineptitud.
ResponderEliminarHola Fernando, la corrupción y el sálvese quien pueda está a la orden del día...todos son buenos al principio que hacen todo por todos pero después todo cambia con el dinero, el poder,...pq será?? Lo importante es que como siempre nos toca sufrir a nosotros. Aún así, quiero creer que sigue habiendo de honestos por ahí.
ResponderEliminarUn beso, Rachel
El poder corrompe y tarde o temprano se utiliza. Empiezan bien pero como decia mi abuela....¡que no te pongan donde puedas meter la mano¡...
ResponderEliminarCurioso que se formulen leyes con intención de no cumplirlas.
ResponderEliminarPor eso la profesión de político está tan desprestigiada y, sin embargo, quiero creer que hay por ahí algunos que son honestos.
Un abrazo.
El mundo entero en manos de corruptos!
ResponderEliminarQue nos pasa?
Te espero por mi cafecito.
Un abrazo!
Hola Fernando, ¿conoces ese dicho popular que dice: Quien hace la ley hace la trampa?, pues estos diputados que se supone que velan por nuestros intereses, parece que lo conocen bien, y si resulta que hay unos pocos que no tienen otras actividades conocidas, será porque pasan de levantarse pronto y currar, o porque no saben hacer otra cosa. Un beso
ResponderEliminarSe que te ibas a Guatemala. He oido en la radio que tres españoles han fallecido en la selva al estrellarse su avioneta. Por favor, si lees ésto da fé de vida. Gracias. Besotes, M.
ResponderEliminarHola Fernando, estoy contigo en lo que has escrito, y añado que todos los intentos de los jueces para aclarar patrimonios personales de sus señorías, han chocado con la inviolavilidad de ser congresista o senador... un horror.
ResponderEliminarSaludos desde Sevilla.
Desde el interior del Hemiciclo las vistas a la calle son demasiado lejanas. Una vez dentro, nuestros servidores olvidan quien les puso allí.
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