12 de julio de 2008

Del Sahara, ni pío. De Ceuta y Melilla, a tutiplén

No me resisto a incluir hoy una segunda entrada, que tiene que ver con la visita realizada por el Presidente del Gobierno español a Marruecos. Con los dedos de la mano podrían contarse las ocasiones en que el hijo de Hassan II o cualquiera de los muchos primeros ministros que se suceden en el pais hermano han visitado Madrid para tratar cuestiones de interés común, que son muchísimas y muy candentes, como todo el mundo sabe. En cambio, los viajes a Rabat o a las ciudades seleccionadas para el encuentro forman parte de la agenda predeterminada de los Premiers españoles: siempre ha sido el primer viaje oficial que efectúan al extranjero tras tomar posesión y cada dos por tres disfrutan de los aires marroquíes en compañía del Rey de los alauitas. Cuatro ha hecho ya Don José Luis Rodriguez Zapatero, y los que te rondaré, morena.
¿Y de qué se ha tratado en esta ocasión? Pues, como siempre, de lo que peta al anfitrión, sin duda. Por lo que la prensa dice, ha sido un encuentro de buena voluntad, de acercamiento superador de la tensión surgida a raiz de la visita que a Ceuta y Melilla efectuaron los Reyes de España allá por el Noviembre de 2007 y que tanto indignó a Mohamed VI, a su gobierno, a los partidos políticos marroquíes y a la población toda del reino. Una "insolencia" necesitada de reparación.
En un escenario que dejaba bien claro quién era quién – una sola bandera española en compañía de una veintena de enseñas rojas con la cruz verde – las crónicas señalan que el tema central, quizá único, fue la cuestión de Ceuta y Melilla. Una cuestión sumida en la ambigüedad, pues mientras el monarca alauí, atento y de una cordialidad suma, afirma que no es un punto que esté en la agenda, el primer ministro, Abbas el Farsi, aprovechó la ocasión para señalar al Sr. Rodríguez Zapatero el inalienable derecho de Marruecos a "recuperar" las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, circunstancia que no ha mucho comparó con la ocupación de Israel de territorio palestino, a la par que instaba a plantearse en el futuro un plan de negociación y no volver a incordiar con actos como el de la visita borbónica a las ciudades autónomas del Norte de Africa, otrora llamadas “plazas de soberanía”.
¿Y hablaron del Sahara?, se pregunta mi amiga Antònia Pons que lo sabe todo del Sahara. Pues, no, del Sahara, ni mu. No estaba en la agenda de nadie y a nadie interesaba el tema, cuando ha poco el representante de Naciones Unidas ha insistido en lo de la autonomía, olvidándose de la Resolución histórica y los compromisos internacionales sobre la cuestión. Y, a fe mía, que el asunto ha tenido bemoles. Pues el encuentro de marras se ha celebrado en la ciudad de Oujda, a sólo trece kilómetros de la frontera con Argelia, muy cerquita de donde sufren y padecen desde hace más de treinta años los saharauis, cuyo clamor incómodo quedaba difuminado ante los vapores del excelente té que Mohamed VI ofreció a los Sres. Rodríguez Zapatero y Moratinos Martínez, que, tras la palmada en la espalda y los saludos de rigor, regresaron complacidos a Madrid, satisfechos y alegres por la misión cumplida. Y hasta la próxima. Luego irán en procesión los ministros a tratar de detalles pendientes. En un viaje de Norte a Sur, como de costumbre.
La política exterior requiere tacto, habilidad y prudencia, es cierto. Pero no debe ser nunca sumisa ni olvidadiza de las causas nobles en la que debe comprometerse o está comprometida. Todo el discurso sobre la cooperación internacional se va al garete y deviene insincero cuando se limita a la inercia de las actuaciones o simplemente a incrementar su cuantía, si no va a asociado a posiciones políticas de firmeza frente a la injusticia, que van mucho más allá de los programas rutinariamente llevados a cabo. La cooperación al desarrollo como mero trasvase de fondos y créditos no sirve a la larga de mucho. España pertenece a la Unión Europea y Marruecos debe mucho al espacio comunitario. ¿No habría forma de hacer valer esta posición en aras de la resolución de una deuda histórica en lugar de dar la sensación, cada vez más ostensible, de que, ante la cuestión de Sahara, España ha decidido tirar definitivamente la toalla?. Mucho me temo que así es. Hace tiempo que se echan de menos declaraciones al respecto. Silencio, olvido, indiferencia, eso es lo que hay.
Arriba: El estrecho de Gibraltar separa a España de Marruecos. Abajo: La foto del campamento saharui me la ha vuelto a prestar Antònia P. Su enlace figura entre mis blogs recomendados.

8 comentarios:

  1. Literalmente vergonzoso.
    Abrazos, Fernando, y a esperar la próxima visita a Marruecos...
    Diego

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  2. El tema del Sahara es muy espinoso para nuestro gobierno. Hay muchos intereses involucrados, relaciones con Marruecos, con U.S.A. (y sus intereses estratégicos en la zona magrebí) y, a los saharuis ¡que les zurzan! Vergonzoso... Pero si luchamos entre todos por ellos, tarde o temprano, lograrán su Sahara libre. Dios, o quien sea, nos oiga. Besotes, M.

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  3. Creo que lo de la visita real a Ceuta y Melilla estaba pactado entre el PSOE y M6. Estoy casi segura visto lo visto y con fines puramente electoralistas.
    A M6 le interesa muchísimo más el Sahara que las dos ciudades españolas.
    La actitud del gobierno español, de todos los gobiernos españoles, respecto al Sahara no tiene nombre.
    Mientrastanto los saharauis siguen sufriendo el exilio y la persecución en su propia tierra sin que nadie mueva un dedo.
    Gracias por el post y por la mención.
    Un abrazo.

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  4. El Sáhara, este gran pueblo olvidado por los que estamos aquí y codiciado por el gran Mohammed,he aprendido mucho de sus gentes a traves de Antonia, de como mal viven, de como lo poco que tienen se lo reparten, la gran infamia de los gobiernos españoles no tiene palabra, ahí les dieron la patada y ahí se quedaron de la noche a la mañana sumidos en el´más profundo abandono, que vergüenza !

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  5. Por cierto, preciosa la foto que has puesto al principio de tu blog. Ese campo de Castilla... Besotes, M.

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  6. Me sumo al malestar que causa la inoperancia de los sucesivos gobiernos españoles frente a los problemas que padecen las gentes del Sahara. No hay derecho a que hayan perdido su tierra y vivan en medio del desierto, desplazados y olvidados.

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  7. Fernando, ya sabiamos que "gobernar era otra cosa" y a la izquierda gobernante no le queda otra que tomar grandes dosis de realidad en cuanto alcanza el poder. El Sahara ha sido una dosis, no pequeña, de realismo político para el PSOE, pero desde el ejercicio del gobierno es obligatorio ver los temas con un objetivo muy amplio y jugar con todos los parámetros que la compleja política internacional exige. Resumiendo: el Sahara no tendrá solución fuera del marco marroquí, mal que nos pese. Soy de la opinión de que llegados hasta aquí mas vale autonomía en mano que sueños de independencia volando.

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  8. Amador se ve claramente que eres de los que aman pero no saben a que amar y porque amar , lamentablemente aqui demuestras que eres de aquellos que aman al rey y no al pueblo marroqui , y estas con la injusticia mas que la justicia , olvidandote de la verdadera historia del sahara occidental , y que si supieras que toda la crisis politica y economica es producto del conflicto del sahara y solo se resolverá con la independencia del sahara. viva el sahara libre , y que sepas que mientras haya ocupación en el sahara no habrá paz ni estabilidad ni en marruecos ni en el magreb árabe .
    AMADOR: MIENTRAS SIGUES PENSANDO ASI, JAMAS SERAS AMADO SIEMPRE SERAS AMADOR Y NADIE TE AME, POR TUS FALSAS REFLEXIONES.

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