16 de mayo de 2008

Mensajes en la calle: cuando la frontera deja de serlo


Cuando desaparece la frontera, nunca llega a desaparecer del todo. Permanecen los restos de lo que en otro tiempo fue lugar de trueque y de discontinuidad, de cambio y de ruptura. La relación ahora es, en cambio, fluida, nadie la controla, el tránsito se desenvuelve como si nada ocurriera, normal e ininterrumpido, trabando espacios que en otro tiempo se miraban e ignoraban a la vez. Hay quienes las echan de menos, pues a sus expensas siempre afloró el negocio que paradójicamente nadie controlaba, al ser línea de rigor y de informalidad a un tiempo.

Pero no son la mayoría. La mayoría se desentiende de ellas, se muestran complacidos porque ya no es necesario el pasaporte, ni siquiera el cambio de moneda (ay, con el mercado opaco de la moneda), porque les da sensación de libertad y les ahorra tiempo. Pero eso sí: siempre, aunque furtiva, casi sin darse cuenta y de soslayo, hay una mirada que se fija en los testimonios residuales de una realidad que en otro tiempo nos mostró que a uno y otro lado las cosas eran diferentes, a veces demasiado.

1 comentario:

  1. Gostei destas palavras. É isto que nos obriga a não deixar de questionar a linha ténue que nos obrigamos a traçar e que distingue o que nós entendemos por desejável e o que é a realidade. A linha ténue da insdistinção entre a utopia e o real, entre os valores que se querem universais, mas que se diluem, muitas vezes ao ponto de se tornarem insignificantes, na luta diária, num mundo real.
    De facto, às vezes convenço-me de que a verdade é, efectivamente, momentânea e localizada.
    Obrigada pela reflexão!
    Abraço,
    Patrícia

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