4 de mayo de 2008

Leer y andar: el camino de la sabiduría

Y seguimos con el tema de los libros, pero no sólo porque las conmemoraciones y las Ferias nos animen a ello, sino porque sí, porque nos apetece, porque nos da la gana, porque nos libera y entretiene, porque nos ayuda a discernir y a ejercer el magín, porque nos permite descubrir lo que no sabiámos, porque nos estimula la curiosidad, porque hace que disfrutemos de la lectura y de ese combate fecundo con el autor que siempre nos depara el contacto intelectual con un buen libro, que los hay, aunque tampoco abundan, dicho sea en honor a la verdad. Y si encima, como nos recuerda el Caballero de la Triste Figura en esta frase (que encabeza la entrada del Centro e-LEA, en la villa vallisoletana de Urueña), conseguimos aunar la letra con el andar, pues mejor que mejor, ya que es la única forma de hacer camino, de lo que también dejó constancia por escrito aquel maravilloso poeta que nació en Sevilla, enseñó en Soria (entre otros sitios) y murió tristemente en Collioure, donde reposa. Lo recuerdan, ¿a que sí?

(Vista de la bahía de Collioure, en la región de Languedoc-Rousillon, Francia)

2 comentarios:

  1. hola Fernando como estas? me parece muy interesante tu blog asique voy a pasar seguido. Te envidio sanamente por haber visitado egipto!!! es unos de mis viajes pendientes para algun dia! saludos desde Argentina!!

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  2. En esta, como en otras muchas, don Quijote demostraba la sabiduría que poseía. Leer y andar aportan experiencia, conocimientos y sensibilidad frente a lo diverso. Veo que tú también andas y lees bastante.

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