En estas ha llegado Pedro Castro, alcalde de Getafe y flamante Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y ha dicho, tras ver frustradas sus esperanzas de que el Getafe ganase la Copa del Rey: ¡hasta aquí hemos llegado!. La FEMP , que agrupa a 7.300 ayuntamientos y entidades locales, se ha pronunciado ya. Más o menos el discurso va como sigue: “No queremos continuar siendo las víctimas en el reparto del pastel. Asumimos y desempeñamos un montón de responsabilidades, que no cesan de aumentar a medida que los problemas sociales y las exigencias de calidad de vida por parte de los ciudadanos se agudizan y nuestra participación en los gastos del Estado se mantiene desde hace décadas en torno al 15%, mientras las Comunidades Autónomas piden y piden y vuelven a pedir, hasta superar ya a la Administración General del Estado”.
Los más díscolos de los alcaldes apuntan: “Mientras las Comunidades Autonomas no paran de solicitar competencias y mayor descentralización, se callan como muertos cuando de proveer de competencias y recursos a los municipios se trata. No hay derecho, tú”. Y los que tratan de ofrecer una imagen de mayor honestidad no son menos elocuentes: "Para financiarnos hemos utilizado la política de suelo y vivienda que nos permitía generar recursos a costa de la calidad ambiental del Municipio, dando origen a escandalosas situaciones de especulación que han deteriorado nuestra imagen y extendido la idea de que todos somos corruptos. Y eso sí que no, caramba. Ahora, cuando ya no es posible seguir nutriendo nuestras arcas de ese modo porque la construcción ha decaido, deseamos que no se nos señale como los que enriquecemos a los promotores, nos aprovechamos nosotros mismos y destruimos el paisaje". Son tiempos de ajuste, propicios para recuperar la honorabilidad perdida, por obligada.
En suma: que los Municipios solicitan la friolera de 7.000 millones de euros, que es “lo que les cuesta hacerse cargo de asuntos para los que no tienen dinero ni competencias, pero de los que se ocupan porque nadie lo hace”.
Y todo ello en medio de una crisis, que ha dejado en los huesos al superavit del Estado, acumulado en la etapa expansiva de la economía durante la primera legislatura gobernada por Rodríguez Zapatero. Esto es peor que un “sudoku”, que diría Solbes. Es la cuadratura del círculo que no para de rodar y rodar, que diría yo, simple ciudadano que paga sus impuestos y que asiste perplejo a la ceremonia de la rebatiña organizada por las Administraciones públicas.
(Fotografía: Fachada del Ayuntamiento de Valladolid, cuyo edificio fue inaugurado hace 100 años)
Las exigencias son del todo justas, pero creo que se están reivindicando en el momento menos propicio. Me parece que la segunda descentralización del país va para largo. Como apuntas, los dirigentes de las comunidades autónomas son extraordinariamente voraces. Están acostumbrados a pedir, pero no a dar a los demás.
ResponderEliminarSaludos
Creo que se han puesto en muy mal momento en pie de guerra. La crisis es más fuerte de lo que se pensaba.
ResponderEliminarEl gobierno, seguro que aplicará el dicho que dice: "contra el vicio de pedir la virtud de no dar".
Un abrazo.
Yo querría saber cuánto se gastan en determinadas cosas los ayuntamiento: en promoción de sí mismos, en altos cargos y asesores de confianza, en prebendas o regalitos de navidad, en fastos que no tienen relación con su servicio al ciudadano, en comidas de trabajo, en viajes al exterior, en invitaciones a periodistas y empresarios a esos viajes...
ResponderEliminarEn determinadas cosas nunca escatiman el dinero y, sin embargo, para otros temas de mayor importancia social les falta la pasta. Igual se podría decir de otras administraciones, claro.
Por cierto ¿recordais los reportajes sobre los sueldos de los alcaldes? Son desmesurados
PABLO: Gracias por tu comentario. Atinado, como todos. El don de la oportunidad no es una cualidad típica de los políticos, pero lo cierto es que esta tema es una asignatura pendiente de la democracia, que se trató de resolver con el Pacto Local (1998), incumplido, y con la fallida nueva Ley de Régimen Local (2005) que fue aparcada a raiz del cese de Jordi Sevilla, del que nunca más se supo. Muy cordialmente
ResponderEliminarCARMEN: Gracias por tus palabras y por la pertinencia de tu reflexión. Insisto en lo que decía a Pablo. "Puestos a pedir, se han dicho los munícipes, por nosotros que no quede". Cuando el monte era de orégano, nadie abría el pico. Ahora que pintan bastos, que me resuelvan la papeleta. Y el que venga atrás que arree. Pais éste. Un abrazo
CECILIA: Certera apreciación, como todas las tuyas. No son todos, que los hay austeros, pero sí son mayoría abrumadora los que han tirado "con pólvora del rey". Días de vino y rosas, marketing a tutiplén, pompa y circunstancia. Que por nosotros no quede - aseguran - el que no se note quien manda y cómo se lo monta. Con todo, creo que en esto de los fastos y el despilfarro las Comunidades Autónomas se llevan la palma. Por eso se resisten como gata panza arriba a esa segunda descentralización de la que se habla y que nos recuerda Pablo. Algún día se hará una valoración de lo que han sido las CCAA, y sobre todo algunas, y será el "llanto y crujir de dientes" que dice la Biblia. Pero, mientras tanto, que les quiten lo bailao. Un abrazo
La política en España es MUY complicada, cuando se declararon CCAA a regiones históricas como Cataluña, Euskadi y Galicia enseguida todo el mundo se apuntó al carro ¡hasta Madrid! Me parece todo tan absurdo, hay demasiados políticos, demasiadas consejerías y ayuntamientos; es verdad que gastan mucho en promocionarse y en sus sueldos bastante saneados. Ahora todos a pedir ¡hala! Besotes, M.
ResponderEliminarAquí en Ibiza, nos acabamos de enterar por el Diario de Ibiza que los funcionarios del ayuntamiento de la ciudad, aparte de unos sueldos envidiables, no pagan la electricidad de sus casas ni el agua, encima reciben 1.500€ extras de ayuda universitaria para sus hijos y 1.000€ más por hijo nacido. Un escándalo. Besotes, M.
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