Esta tarde dominguera he coincidido con un grupo de ecuatorianos que, como mi mujer y yo, entre otros muchos ciudadanos, estaba asistiendo al concierto al aire libre que el Coro Goods News Gospel ha realizado en el Campo Grande de Valladolid en reconocimiento y defensa de los Derechos Humanos. Nos han deleitado con gospel, con canciones sudafricanas, maoríes, de John Lennon y con una excelente selección de las que encierran mensajes relativos a la paz y a la lucha contra la pobreza. Una delicia.
A nuestro lado, los ecuatorianos - eran cinco, y de mediana edad - han comenzado de pronto a dar palmas al ritmo de la música e incluso algunos de ellos han llegado a emocionarse. Les he mirado y sonreido. Hacia frio y comenzaba a lloviznar. Al terminar el "Happy Day" les he despedido con un saludo que han devuelto complacidos. Estaban ateridos y se han marchado también. Todos juntos y en silencio. A punto de anochecer.
Vaya para ellos, y para sus paisanos, en este blog un grato recuerdo a la breve experiencia compartida, al que deseo sumar la imagen de una apacible Plaza de Armas en una mañana cualquiera en la ciudad de Quito.
Una buena tarde de domingo para ti y para ellos. La música une, pero también las buenas maneras, la educación, el respeto, el humor y también, por qué no, el fresquito de mayo. Bastante les habrá costado a los que vinieron a trabajar aquí despegarse de su tierra, de sus familias y sus costumbres.
ResponderEliminarMe identifico mucho con los inmigrantes (sobre todo con los hijos) porque al ser yo hija de emigrantes a Canada sé el gran sufrimiento que es la "saudade", el mal de país--tremendo dolor--especialmente cuando eres niño y no has ido porque has querido sino porque te han llevado. Me hubiera gustado mucho estar allí con vosotros y ellos. Besotes, M.
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