Que cada uno celebre lo que quiera, pues está en su derecho. Sin embargo, no percibo ni en la prensa europea o norteamericana, ni en los informativos que inevitablemente aluden al tema, un reguero de brindis y albricias en conmemoración del sesenta aniversario del Estado de Israel. Más bien,
escuetas alusiones, y no en primera página,
evocan el asunto. En algunos periódicos, y en páginas interiores, sólo destacan las declaraciones de
Ehud Olmert, primer ministro israelí, afirmando que el evento significa el “mayor éxito del siglo XX”. Allá Olmert con su entusiasmo, que pronto rebajará cuando el cúmulo de casos de corrupción que le acechan le pongan en contacto con la realidad insoslayable.
Pero el que no demos saltos de alegría no impide mencionar una fecha histórica, clave para entender el tiempo que nos ha tocado vivir. Tal día como hoy, el 14 de mayo de 1948 (la víspera del shabat, 5 del mes iyar de 5708), y a las cuatro de la tarde, tras una declaración que duró 32 minutos,
y promulgada por David Ben Gurion, nació el Estado de Israel. Desde entonces y hasta nuestros días ha sido uno de los hechos más polémicos y conflictivos de la política internacional. Ha estado presente sin interrupción y con enorme intensidad en la historia de la segunda mitad del siglo XX y sin duda todo parece indicar que la seguirá marcando durante mucho tiempo, ya que cada vez son más claros los procesos y las estrategias que evidencian la irreversibilidad de una situación que cuestiona por completo las perspectivas y las posibilidades de una convivencia pacífica entre israelíes y palestinos.
En esta fecha se agolpan las imágenes en la memoria. A base de sangre, lágrimas y fuego, demasiado fuego, han ido impregnando nuestra percepción de cuanto sucede en esta zona del Oriente Medio hasta formar parte de manera indisociable de nuestra cultura del impacto visual, casi siempre traumático y desolador. No será fácil desprenderse de las que más impacto nos han provocado y que siempre tendremos presentes. Imágenes de guerra, de atentados, de campos de refugiados, de controles sin límite, de ocupación ilegal del territorio, de demoliciones , de humillación...... Todo ante la mirada impávida del mundo y particularmente de las potencias europeas, que miran para otro lado evitando enfrentarse a tanta provocación y a tanto incumplimiento de la legalidad internacional.
Por eso, en esta fecha, huelga la proliferación de fotografías para escenificar el acontecimiento, pues nos las conocemos de memoria. En realidad, estamos hartos de ellas. Pero, como siempre trato de ilustrar mis entradas en este blog, incluyo las dos que a mi juicio, resumen lo que ha ocurrido en estas seis décadas, desde el principio hasta el día de hoy, desde que una experiencia que se consideraba ilusionante comenzó a andar hasta la atroz impronta que ha dejado en el territorio donde se desenvuelve.Constatemos, pues, el hecho, y sigamos de cerca los días y las horas de cuanto nos llegue desde esa región convulsa del mundo, ante la que de ningún modo podemos permanecer indiferentes. Entre tanto, y para encontrar algo de luz en un panorama tan pesimista, no estaría de más tomar contacto con la información que nos aportan dos organismos nacidos en el propio seno de la comunidad hebrea y que nos aproximan a lo mejor de la sociedad residente en el pais que celebra hoy su gran efeméride. Se trata, por un lado, del Centro Israelí de Información sobre los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B'TSELEM), y, de otro, del Comité Israelí contra la Demolición de las Casas (ICAHD). Ellos sí merecen ser felicitados por la encomiable labor que realizan. A ellos, la enhorabuena más cordial.
En los años 60 estuve a punto de ir a un kibbutz de Israel. Mi generación estaba entusiasmada con el nuevo estado israelí y, aunque no fueramos judios, muchos fueron a ayudar a construir ese país. Hoy en dia es otra historia. Estoy a favor de los israelies pro palestinos (que los hay y muchos). Hay un blog muy interesante que lo tengo enlazado al mio: Gaza/Sderot. blogspot.com que, si dominas el inglés te lo recomiendo. Está escrito por un palestino (su inglés es dificil de entender) y un israeli. Shalom! Besotes, M.
ResponderEliminarGracias, Merche. Todos tuvimos las mismas ilusiones cuando creimos que Israel nos traia algo nuevo e ilusionante. Lo seguimos de cerca, pero el tiempo ha ido diluyendo esas esperanzas de juventud, hoy totalmente decepcionadas. Gracias por esas indicaciones. Tomo buena nota de ellas. No me defiendo en inglés tan bien como tú, pero salgo adelante. Y más si el texto vale la pena. Un abrazo
ResponderEliminarNo creo que el Estado de Israel fuera nada ilusionante, ni siquiera en sus orígenes, porque su creación se cimentó en la usurpación desde 1948 de sus casas, de sus tierras, de su país a un pueblo, el pueblo palestino, y sometió a la diáspora a millones de personas.
ResponderEliminarLa Comunidad interancional intentó lavar su mala conciencia dando a los sionistas una tierra que ya tenía dueño para que edificaran su sueño, pero a costa del genocidio de un pueblo, el palestino, que lleva 60 sufriendo esta barbarie
Palestina de corazón, tienes toda la razón. El holocausto palestino está siendo olvidado y no sabes cuánto yo, a nivel personal, lo siento. Hoy en dia, es un horror y una gran injusticia lo que pasa al pueblo palestino. Pero ¿Qué podemos hacer? Cuando a esa pobre joven americana que intentó que no derribaran una casa palestina, la apisonadora la mató sin ningún miramiento. Todo es una locura. Y, no olvidemos que los grandes poderes, económicos, mediáticos están bajo el poder judaíco. Muy dificil luchar contra ellos. Besotes, M.
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