Se impone la política en el sentido más íntegro e innovador del concepto. Evo Morales y su gobierno tienen que dar respuestas rápidas, inteligentes y efectivas a un problema que corre el riesgo de desestabilizar el país y afectar a los frágiles equilibrios en que se encuentra el mundo latinoamericano. Como nadie discute la legitimidad del Presidente de Bolivia, a él le corresponde tomar la iniciativa, que no puede ser otra que la de abrir cuanto antes un proceso de diálogo con los representantes de todas las provincias, del Oeste y del Este, para abordar una reforma constitucional sensible a la complejidad del país y a sus características socio-económicas y culturales. Una Constitución renovada, concebida con una voluntad integradora en la que se supere la confrontación entre la visión indigenista y la criolla, aparezcan conciliados los modelos de desarrollo impulsados desde una y otra, lo que es inevitable en el momento actual del mundo, y se establezcan las correspondientes contrapartidas sobre la base de un compromiso de todos con el futuro de su país y en el que los mecanismos de solidaridad, sancionando con la energía necesaria las actuaciones racistas detectadas durante el referendum ilegal de Santa Cruz , sean compatibles con el reconocimiento de sus particularidades, debidamente engarzadas en un proyecto común.
Quizá no sea tan fácil, pero lo que está claro es que la via de la confrontación pura y dura puede llevar directamente al desastre. Al desastre de todos.
no es justo que los indigenas sigan dominados por los ricos de santa cruz.
ResponderEliminarlos ricos quieren seguir dominando al pueblo indigena y boicotean al presidente masista.
no podemos permitirnos los bolivianos este chantaje.
los cruseños son herederos de los españoles. españa deberia profesor apoyar a los pobres, a los indigenas
ResponderEliminarSomos muchos en España los que tenemos muy clara la intencionalidad de los autonomistas de Santa Cruz. Sabemos bien qué es eso del federalismo fiscal y lo que se esconde por debajo de posturas que, alardeando de democracia, sólo pretenden impedir que funcionen los mecanismos de solidaridad que deben existir en el Estado. Por mi parte, y si le sirve de algo, le diré que este tema me preocupa mucho y confío en que el Gobierno logre consolidarse
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