2 de mayo de 2008

Preservemos nuestros libros de la codicia ajena

Como ya he recordado en este blog, en Abril - exactamente el dia 23- se conmemora el Dia Internacional del Libro. Es el mes del fallecimiento de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare, coincidente con la época del año en la que en muchos lugares se celebran Ferias - magnífica está siendo, por lo visto, la 34 de Buenos Aires- donde se dan cita editores, autores y lectores, pero también me viene a la memoria el recuerdo de algunas desapariciones de libros que causaron en su momento mucho revuelo e indignación, y que tuvieron lugar precisamente en esta época del año, primavera en el Hemisferio Norte, otoño en el Austral .

El 11 de Abril de 2002, volaron en Venezuela el Libro de Oro de la Alcaldía de Caracas y el de Firmas de Visitantes Ilustres al Recinto Histórico de la Firma del Acta de la Independencia, y el 16 de Abril de 2007 en el depósito de la Aduana de Puerto Iguazú en Argentina fue robada una colección de libros franceses, austriacos y alemanes que datan de los siglos XVII y XVIII. En España hemos vivido recientemente la conmoción provocada por el hurto de varios Mapamundis de las Cosmografías de Ptolomeo existentes en la Biblioteca Nacional, algunos de los cuales han sido descubiertos en Australia. Se localizaron en Octubre de 2007, pero durante varias primaveras estuvieron fuera de su sitio aunque nadie se diera cuenta de ello. Y en Valladolid somos muchos los que nos lamentamos de que ya no esté depositado en el Archivo Municipal el Libro de las Ordenanzas del siglo XVI, que fue visto y no visto durante al traslado al nuevo edificio sin que hasta ahora se sepa quién se hizo furtivamente con semejante joya y dónde se encuentra. También nos hemos visto privados de ella durante muchos, demasiados, meses de Abril.

Protejamos, pues, los libros porque son bienes que desaparecen con mucha facilidad. La prudencia, el cuidado y la vigilancia son las mejores armas para evitarlo. Pero también se puede añadir alguna más. Con una mezcla de humor y de seria recomendación sugiero que a la puerta de nuestras bibliotecas coloquemos el cartel que aqui se inserta para que sirva de advertencia disuasoria a los amigos del libro ajeno. Y que también lo hagan las instituciones en las bibliotecas públicas para que cunda el temor de lo que se les viene encima a quienes cometen tales fechorías.

2 comentarios:

  1. Fui a la biblioteca municipal a pedir vario libros, los cuales estaban en el catalogo pero no se encontraban físicamente.

    Cuidemos los libros para que todos podamos leer

    Saludos

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  2. Suele ocurrir, estimado amigo. La desidia en la conservación del patrimonio bibliográfico es mayor de lo que parece. Cordialmente

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