15 de julio de 2008

¿Carreras meteóricas o uso indebido del lenguaje universitario?

Vaya por delante mi mayor consideración y respeto a la persona que recientemente ha sido objeto de atención por parte de la prensa española por las razones que motivan esta entrada.

Todo parece indicar que un joven español, de nombre Carlos Blanco, de 22 años, posee unas cualidades intelectuales excepcionales, que le han hecho acreedor de múltiples reconocimientos y de un prestigio que han merecido el interés mediático que se le presta. Sin embargo, la crónica que el día 12 de Julio realizaba una periodista del diario El Pais (Madrid) sobre este joven me ha llamado la atención por una referencia que considero cuando menos sorprendente. Sin entrar en detalles, ni precisar en qué centros académicos se ha formado y cuáles son los temas de investigación en los que ha centrado su punto de mira, el reportaje señala que a los 22 años, cuando apenas ha superado la mayoría de edad, el joven superdotado posee cuatro carreras (de Letras y de Ciencias), ha realizado dos tesis y habla nada menos que nueve idiomas. Así descrito, un curriculum apabullante.

Seguramente, las cualidades de esta persona son tan excepcionales como llamativa la ligereza con la que la prensa suele tratar, el menos en este caso, la información relacionada con la Universidad. Quienes conocemos ese ámbito, que aun teniendo mucho de heterogéneo, obedece, sin embargo, a criterios que obligan a identificar a las cosas por su nombre, evitando denominaciones incorrectas, sabemos que todo ese bagaje que se señala es totalmente imposible de alcanzar a esa edad. Salvo que se utilicen esos términos para designar otros logros académicos, lo que convendría precisar en sus justos términos, es evidente que el proceso de formación de un universitario no es tarea fácil y más aún en unos momentos en los que las exigencias son cada vez mayores y el rigor de los conocimientos impide que la carrera académica sea, en la gran mayoría de los casos, un paseo triunfal.

Es, por otro lado, probable que lo que la periodista llama ampulosamente "tesis" sean trabajos relacionados con los cursos realizados, aunque ese concepto – el de Tesis – deba ir necesariamente asociado, para evitar confusiones, con el que se requiere para la obtención de un grado, convencionalmente el de Doctor. Y, en cuanto a los idiomas, a nadie se le ocultan las dificultades que implica el laborioso aprendizaje de una lengua, cuya acreditación también se acomoda a criterios normalizados que conviene respetar para no llamarse a engaño.

Insisto: un aplauso sincero a los méritos de Don Carlos Blanco, que en la entrevista se revela como muchacho perspicaz y despierto, y si duda de grandes posibilidades en el largo camino que tiene por delante. Pero cuidado: cuando de hablar de la trayectoria académica realizada por una persona se trata, llamemos a las cosas por su nombre y no confundamos la velocidad con el tocino. No vaya a ser que, al tener noticia de palmarés tan deslumbrantes, la sociedad piense que los jóvenes que a duras penas sacan una carrera, aprenden un idioma y, tras esfuerzos increíbles, consiguen culminar una Tesis Doctoral, son poquita cosa frente a quien en su primerísimo juventud les saca ya un montón de pueblos. Seriedad, pues, cuando se hable de la Universidad o de cualquier otra Institución.

Imagen: logotipo y emblema de la Universidad de Valladolid

7 comentarios:

  1. No sé de qué te extrañas, el dia menos pensado nos vamos a enterar de las tesis que ha hecho y de los idiomas que hablan Leire Pajín y Soraya Rodriguez, que la ha sucedido en el momio, por arte birlibirloque.

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  2. Supongo que cuando dice Tesis quiere decir Tesina, no?
    El interés por el muchacho del País tiene que ver, al menos recientemente, porque participa en un programa de Cuatro.
    Realmente el chaval es la ostia. Uno de sus objetivos en la vida es saberlo todo de todo. Ambiciosa intención, que ya me gustaría a mí lograr. Aunque es imposible.

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  3. A este joven le he oido en la SER de vez en cuando disertando sobre grandes científicos y le encontré muy ameno y erudito. La verdad es que el chico sabe, ahora bien tambien lei la entrevista y me llamó la atención lo de las tesis y los idiomas aunque como es un cerebrito con su tremendo I.Q. de 160 pues puede ser que sea verdad... Besotes, M.

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  4. Por una parte me cuesta creer que El País use indebidamente el lenguaje universitario, por otra coincido contigo en que no hay tiempo material para haber estudiado 4 carreras a no ser que las hiciera todas a la vez y si así fuera que no se le hubiesen solapado las clases y los exámenes. Lo de las tesis excede a mi comprensión.
    Quería apuntar que he conocido a niños superdotados. A todos les costaba mucho integrarse.
    No fueron niños felices. Ojalá ese chico lo sea.
    Un abrazo

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  5. CARMELO. Estaremos atentos a los CV de las nuevas estrellas del firmamento político. ¿Sorpresas o decepciones?. On verra

    ENRIC. ¿Qué tal por Egipto?. Entraré a echar un vistazo en tu laboratorio de experiencias e innovaciones. Puede que cuando habla de Tesis sea Tesina, pues que se diga. No tengo nada lógicamente contra el chaval, pero la pretensión de saberlo todo de todo en estos momentos es pretender ser el Leonardo del siglo XXI sin serlo. Creo que la resonancia mediática puede provocar ilusiones o espejismos que, cuando se topan con la realidad, crean traumas tremendos. Siempre he tenido mucha prevención hacia esas actitudes, que los medios provocan, creando al final "juguetes rotos".

    MERCHE. Insisto en lo que he dicho a ENRIC. Está comprobado que un I.Q. tan elevado puede ser una ventaja pero también un obstáculo, si no va acompañado de una dosis de realismo y de toma de conciencia de la realidad, que no es ni tan simple ni tan rutilante. La experiencia nos dice que CV realmente consistentes no se consiguen tanto por tener un I.Q. elevado sino a través del tesón y el esfuerzo, donde se prima la calidad sobre la cantidad. Lo que me sorprende de esa información es que no se aclare dónde se cursaron esas carreras y sobre qué temas versaron las Tesis, así como los procedimientos de evaluación utilizados. Un abrazo

    ANTONOIA. No te fies mucho de los medios, sea cual sea, pues todo vale para hacer caja. En esta ocasión, y por eso lo traigo aqui, el Pais utiliza una información a medias, que confunde y trivializa los procesos de formación académica, mucho más complejos y rigurosos que los que trasluce el reportaje de marras. Es imposible cursar, de acuerdo con los parámetros normales, cuatro carreras a la vez y aprender hasta nueve idiomas. Es una información engañosa, que deja, a mi juicio, en un lugar penoso a los que, con un enorme esfuerzo, no consiguen lo que esa persona de 22 años en un tiempo récord. UN abrazo

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  6. No creo que sean ni tesinas, a lo sumo trabajos de grado. De hecho el tal chaval repelente no aparece en la base de datos de tesis doctorales del ministerio de ciencia y tecnología TESEO.
    Es lamentable cómo desde El País hablan de la universidad, como si fuéramos una panda de vagos que sólo queremos más pasta. No, soy un hombre joven, trabajo en mi tesis doctoral desde hace varios años financiado con becas competitivas. Además, tengo que dar clase en la universidad, por lo que el tiempo que tengo para investigar se reduce sustancialmente.
    Este chaval fue un fichaje del tal Sardá y aún vive de ello. Es puro bla bla bla.
    Es muy triste que la ciencia en nuestro país sea ocupada por semejantes estafadores mientras que los jóvenes universitarios nos dejamos las pestañas en el ordenador meses y meses, salimos a investigar al extranjero para intentar que la ANECA nos sonría un poco

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  7. Lo que decís, especialmente lo que dice Pablo, tiene su lógica. Sí, "El País" debería de haber citado las universidades dónde estudió este joven y cuántos doctorados tiene y en qué (si ha hecho varias tesis...). Puede que sea otro farsante más del mundo catódico... Ahora, por la radio, se expresaba muy bien y era muy interesante lo que decía. No sabía que había salido en "Cronicas Marcianas"... Esto ya me chafa un poco. Besotes, M.

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